Coro Lario - un espacio para intercambiar opiniones acerca de la música coral en Argentina

El weblog de Johann Tenorio, Buenos Aires, Argentina
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viernes, abril 28, 2006

Pregones del fundamentalismo

En los últimos días he recibido, no sin cierta sorpresa, un par de quejas referidas a mi crónica sobre el concierto que presencié en el Auditorio de Radio Nacional el día 8 de abril, específicamente sobre lo que escribí acerca del Grupo Vocal Tinaja y su director Damián Sánchez.
Las quejas, en su mayoría, sugieren un posible problema personal entre el mencionado sr. Sánchez y el que suscribe.

Bueno, quisiera aclarar que al susodicho no lo conozco, lo cual hace bastante improbable una diferencia personal entre él y yo. Lo lamento, no habrá combate en ningún show mediático.

Lo que me llamó la atención es el fanatismo que provoca este hombre entre sus seguidores. Da la impresión que algunos de ellos son capaces de secuestrar un avión y estrellarlo contra mi casa, a juzgar por la vehemencia de algunos de sus mensajes. Hasta hubo un imbécil (no sé de qué otra manera describirlo) que me desafió a agarrarme a trompadas. ¿Serán algo así como un culto? ¿Les prometerá un paraíso desbordante de mujeres hermosas a quienes se inmolan por su causa? La verdad es que asusta un poquito.

Pero bueno, qué quieren que les haga. A no ser que hayan derogado la libertad de expresión en la Argentina y no me hayan avisado, seguiré opinando lo que me plazca en este weblog. Al menos, mientras siga con esta filosofía barata de no responder a poder alguno ni casarme con nadie.

Ah, otra cosa, muchachos. ¿Realmente piensan que a vuestro profeta le afecta en lo más mínimo lo que yo opine de él? Lo dudo mucho. Tal vez le podría hacer mella a su prestigio si fuera, por ejemplo, Vivian Tabbush, y les contara acerca de... no, mejor déjenlo ahí. Total, esa historia la conoce todo el mundo. Menos ustedes, claro. Pero cualquier duda, le pueden preguntar a él, ya que lo tienen a mano.

Y acuérdense de eso que dicen de los ídolos, los pies y el barro.

Johann

jueves, abril 27, 2006

¡Encontré a mi hermano!

Miren si no: http://manutenoriovaporti.blogspot.com
Es cantante, es fachero... es familia, sin duda alguna.
A la que quisiera conocer es a la que escribe el blog.

Johann

martes, abril 25, 2006

Guarda con la Condesa

Yo les aviso, por ahora está tranquila, pero por las dudas no la hagan enojar.
Ahora está que se sale de la vaina con el tema de la "Cena de Corolarios III", y ya no sabe dónde más sacarlo a colcación. Por ejemplo, en un post que habla de cualquier otra cosa, aprovecha un comentario de Susy Lencio y le manda este mensaje:
"Susy, no sé si habrá leido el post de la cena de los corolarios III, pero le comento que la esperamos gustosos! Más adelante le enviaré el mail invitándola.
Por supesto que esto va para los otros asiduos concurrentes al blog
La Condesa"

Bueno, la verdad es que razón no le falta. Faltan unos 18 días para el evento, y hasta ahora la única que se anotó fue La Isla Ponemse (quien dicho sea de paso, hace bastante que no da señales de vida). Con la Condesa, el dueño de casa y yo, por ahora somos 4. Tristísimo.

Les recuerdo que para anotarse deben enviarme un mail a jtenorio@fibertel.com.ar, y a vuelta de correo recibirán la invitación pertinente.

A ver si se ponen las pilas,

Johann

lunes, abril 24, 2006

Un tiro para el lado de la justicia

Tenía tanto para escribir durante este fin de semana...
Conciertos de amigos, gacetillas de amigos, algún que otro sopapo de amigos y enemigos... todo quedó en agua de borrajas. Una brutal semana en la oficina motivó que viernes, sábado y domingo fueran utilizados por este escriba para una tremenda cura de sueño.
Y seguramente habría seguido con mi letargo, de no ser porque el lector Martín me mandó un comment de gran importancia.

Parece que el Dr. K. está por dar marcha atrás con la Ley del Músico, como pueden ver en esta nota del diario "La Nación".

Miren lo que se puede conseguir sin necesidad de andar haciendo escándalo en los medios masivos de comunicación. Sí, esto es fruto de un trabajo de hormiga, por parte de músicos que no se mezclan en ninguna trenza política. Hicieron su reclamo, no cortaron ninguna calle en Palermo Hollywood ni se agarraron a trompadas en ninguna asamblea, y ahora tienen (tenemos) una pequeña esperanza de que las cosas cambien, al menos por una vez, para mejor.

Mis más sinceras felicitaciones. Ojalá que esto sirva para volver a creer que una Argentina justa y civilizada es posible.
Y muchas gracias a Martín, por mandarnos la primicia.

Hasta la próxima,

Johann

miércoles, abril 19, 2006

Comienzo de un nuevo ciclo

Bueno, qué va' cer, no se puede ser siempre brillante con los títulos de los posts. Pero lo importante, espero, es la información.

La cuestión es que este viernes comienza el ciclo 2006 de los Encuentros Corales en la Iglesia Evangélica Metodista de Martínez, Tres Sargentos 1928, Martínez. La cita será a las 20 horas, y los dos grupos seleccionados para esta oportunidad serán nada menos que el Vocal Da Capo y el Coro de Cámara Bella Vista, dirigidos respectivamente por los Mºs Gastón Villazuela y Rodolfo Diorio.
Les cuento que el ciclo va el tercer viernes de cada mes de aquí a noviembre, con excepción de junio, en el cual el viernes elegido será el segundo.

Será una buena oportunidad para que los lectores de "Coro Lario" me demuestren esa apertura mental que venimos pregonando, y vayan a ver al Da Capo y al Bella Vista. A este último no lo escuché nunca, pero ya les he hablado maravillas de Da Capo y su repertorio de jazz vocal. A quienes no los conocen, les aseguro que se van a sorprender.

Los veo ahí,

Johann

martes, abril 18, 2006

Agarralos, que no muerden

Aunque pensándolo bien, tal vez no muerdan, pero lo más probable es que hagan un desbarajuste en el presupuesto. Sobre todo cuando son muchos y están todos juntos.

Me refiero, claro está, a la inminente 32º Feria del Libro, a desarrollarse en esta ciudad dentro de un par de días. En realidad ya está en marcha, sólo que aún no está abierta al público en general. Y antes que nada quiero decir que no me gusta nada el hecho de que se haga en La Rural en lugar del Predio Municipal de Exposiciones, que es donde se hacía hasta hace un par de años, y tenía un acceso muy cómodo para quienes vamos en auto, amén de un enorme estacionamiento en la puerta, y había mucho más espacio ya que el Predio tiene bastante más superficie que La Rural.
Pero dediquémonos a lo que nos interesa en este weblog.

Anduve investigando un poco en la página, a ver si me encontraba con algo interesante a nivel musical, más exactamente coral. Y la verdad es que me llevé un chasco.
Entre los expositores no figura, por dar un ejemplo, Ediciones GCC, que bien podría haber puesto un quiosquito en la feria. Tampoco ADICORA puso pie en este evento, lo cual es una pena. ¿Será que nadie consideró que podría ser negocio que la música coral cantara el presente en uno de los eventos culturales más importantes del país?
Qué sé yo, les tiro la idea para el año que viene, a ver si alguien se pone las pilas. Seguramente habrá muchos coreutas entre los asistentes a la feria, y habida cuenta que hace tiempo que somos un mercado pujante, quién les dice, a lo mejor hasta pueden salvar la plata y quedarse con unos pesitos pa' las facturas...

En fin, que casi no hay editoriales musicales entre los expositores. Sólo encontré a Ricordi y FM Editores, una pequeña editorial que se dedica a hacer cancioneros para guitarra.

Bueno, seguramente voy a pegarme una vuelta por allí en algún momento, así que a lo mejor nos encontramos.
Después les cuento si me compré algo,

Johann

lunes, abril 17, 2006

¡Cortala con la asamblea!

Buenas, qué tal, cómo andan. Yo aquí ando, recuperándome del maldito resfrío que me tuvo en cama buena parte del fin de semana largo. Y para peor, después de eso vino el lunes (¿o hay alguien a quien le gusten los lunes?).

La cuestión es que hace un rato me apareció un comentario convocando a una asamblea en contra de la dichosa Ley del Ejecutante de Música que nos tiene a todos en ascuas. El comentario en cuestión, que ya me había sido enviado en forma de mail por Susy Lencio y no lo publiqué por el inconveniente que les mencioné antes, vino en forma anónima y decía lo siguiente:
17/04 - ASAMBLEA EN EL BAUEN
Convocamos a todos los músicos a una asamblea el Lunes 17 de abril a las 18 hs, en Callao 360, para tratar los siguientes puntos:
- Por el debate democrático de la Ley del músico 14.597 y la consecuente revisión de la actual.
- No a la matriculación.
- No a la exclusión de la mayoría de los músicos cuyas situaciones no están contempladas en la Ley.
- No a las históricas y nefastas prácticas de elaboración de leyes sin consulta ni debate.
- Si a la representación democrática de la actividad musical argentina.
Convocan:
Germán Boco / Raúl Carnota / Adriana de los Santos / Lito Epumer / Rodolfo García / Javier González / Willy González / Liliana Herrero / Adrián Iaies / Marcelo Katz / Ricardo Martinez Stbatz / Marcelo Moguilevsky / Viviana Prado / Eduardo Tacconi / Fernando Tarrés

Bueno, está bien, la cuestión parecía importante y realmente andaba con ganas de ir, pero lamentablemente salí a las 17:50 de la oficina y se me iba a complicar para llegar de Colegiales a Congreso en 10 minutos. Lo que no me parece bueno es que manden estas convocatorias en forma anónima.

Ahora, espero que quien haya tirado el volante, haya ido a la asamblea y tenga la buena voluntad de informarnos qué cuernos sucedió en ella.

Ya está, ya se me pasó. Pero la próxima vez...

Johann

viernes, abril 14, 2006

Cantar con el ombligo

Se armó una linda discusión, muy sincera y bastante respetuosa de parte de todos los disertantes, a raíz de lo que yo escribí acerca de un concierto que presencié el sábado pasado. Y la conclusión de dicha discusión parece ser que a todos nos gusta mucho cantar en coros, pero casi nadie siente predilección por ir a escuchar conciertos corales. Están los que dicen que los demás coros son aburridos, los que dicen que prefieren ir a ver un recital de rock o una película de adultos (vaya uno a saber a qué clase de películas se referían), alguno habrá que alega falta de tiempo, etc. etc.
La cuestión es que los conciertos corales siguen padeciendo de anemia espectadora.

No sé, creo que no soy quién para ponerme a pontificar o aconsejar a la gente sobre lo que debe hacer. Pero aún así quisiera explayarme acerca de las vivencias que he tenido en el año y medio de vida de "Coro Lario", y por qué no, algunas otras extraídas de mis casi 15 años de coreuta. De coreuta orgulloso, agrego.

Cuando asumí la tarea de hacer una página de internet dedicada a la música coral argentina, me dije a mí mismo que no podía hacerlo sin un mínimo conocimiento del tema. De la misma manera que cuando decidí ingresar en un coro, lo hice a sabiendas de que era una tarea que debía ser encarada con algo de responsabilidad (asistir a los ensayos, llegar en horario, estudiar las obras, etc.). Y si bien en ninguno de los dos casos puedo considerarme un modelo a seguir, al menos puedo afirmar que en mi conciencia queda la certeza de haber hecho todo el esfuerzo posible.

Retrocediendo un poco en el tiempo, me acuerdo de hace unos pocos años atrás, cuando para mí asistir a un encuentro coral (obviamente, siempre iba como participante activo del encuentro) era casi una tortura. Me duele confesarlo, pero mi sensación mientras escuchaba a los demás coros siempre era la de "mi coro es mejor". Y siempre tenía a mano alguna justificación técnica (valedera o no) para sustentar ese pensamiento. Que el otro coro desafinaba, que no interpretaba bien el género, que el director era demasiado ampuloso, que no tenían matices, cualquier excusa era válida con tal de convencerme a mí mismo de que formaba parte de un coro sin igual en el universo. Y en parte, tenía razón, pero no de la manera que pensaba entonces.

Un día, nació "Coro Lario". Y me pasó lo que suele pasarles a los padres primerizos: unas cuantas de mis neuronas comenzaron a trabajar de manera diferente a lo que estaba acostumbrado.
Como dije antes, necesitaba saber algo del tema antes de andar hablando sin ton ni son. Y como no estaba muy convencido de meterme a cursar una carrera de musicólogo, opté por un atajo: tenía que salir a escuchar coros. Hasta ese momento había participado en unos cuatro o cinco coros y algún que otro grupo vocal, pero huelga decir que esta experiencia era más que insuficiente. Así que me subí al tenoriomóvil y allá fui.

Y empezaron a pasar cosas.

La más notoria fue, por ejemplo, asistir a dos conciertos el mismo día, ambas de coros extranjeros. Una de ellas, muy publicitada, se realizó a sala llena; la otra, sin tanta difusión, contó con un público de no más de 30 personas. Y ese contraste me llenó de angustia. Me acordé en cierta manera de Zitarrosa cuando cantaba ese triunfo que decía "navegar tantos mares, venirse al cuete". Me imaginé a mí mismo como coreuta, luego de hacer una ponchada de kilómetros, subir al escenario con todo ese cansancio a cuestas, y llevarme como recuerdo un concierto con una concurrencia tan flaca, y casi me pongo a llorar de la tristeza que me produjo.
Y otro proceso, tal vez igualmente llamativo pero mucho más gradual, fue el darme cuenta que de a poco iba perdiendo ese sentimiento miserable de andar comparando a los demás coros con el mío. Mucho debe haber influído el hecho de que una buena parte de esas comparaciones habrían sido ampliamente desfavorables para con el coro que integraba, pero la cuestión es que cada vez me sentía (o mejor dicho, me siento) más propenso a disfrutar del coro que estaba escuchando, en lugar de buscarle los defectos para sentirme superior (?).

Al mismo tiempo, iba incorporando conocimientos que tarde o temprano podré aplicar a lo que yo mismo hago en los coros que integro. Por traer a colación un ejemplo que se nombró en la discusión que dio origen a este post, escuché infinidad de versiones de "Se equivocó la paloma", y les aseguro que alguna de ellas ha logrado emocionarme. De lo cual puedo extraer en conclusión que no puedo valorar una obra hasta que no la haya escuchado bien interpretada; si me hubiera quedado con la impresión que me causó el primer coro al que escuché cantarla (en realidad, yo mismo cantaba en ese coro), tal vez hoy la detestaría, pero no me quedó más remedio que rendirme a sus pies cuando la escuché en versión del Estudio Coral de Buenos Aires. Y ante ese hecho artístico, mueren las palabras.

¿A qué apunto con semejante derroche dialéctico?
Confieso que no lo sé a ciencia cierta, pero sí sé que, gracias a "Coro Lario", hoy en día creo que valoro mucho más lo que hacen los demás coros. Más allá de que alguno sea blanco de mis sarcasmos, descubro que voy dejando de cantar, como decía en el título del post, con el ombligo. Y de a poco voy descubriendo que mi coro es único, como decía antes, pero los otros son tan únicos como el mío.
Y les aseguro que vale la pena comprobarlo, che.

Qué se yo, con probar no se pierde nada, ¿no?
Vayan y después me cuentan,

Johann

jueves, abril 13, 2006

Cena de Corolarios III: 1º aviso

Ja, díganme si no suena intimidatorio eso de "1º aviso". Es como que el que no responda al tercero, por ejemplo, sufrirá horrorosas consecuencias en lo físico y en lo moral.
Bueno, para que se vayan dando una idea, he recibido intimidaciones por el estilo de parte de la Condesa Sangrienta, quien anda que se sale de la vaina por anunciar la "Cena de Corolarios III".

Amplío la información recibida: la cena se realizará en la mansión del Mº Marcelo G. Bruzzo, en cuyas instalaciones podremos disfrutar seguramente de hidromasajes, baño finlandés, valet parking, y por qué no, de unos buenos tragos al borde la piscina, como para hacer la digestión luego de una opípara cena-show.

Ah, sí, claro, me estaba olvidando de decir cuándo es. Y aprovecho para aclarar que elegí el día de hoy para publicar el aviso porque hoy comienza la cuenta regresiva de 30 días hasta la realización del magno evento. Para abreviar, será el sábado 13 de mayo. De 2006, a ver si algún salame se aparece por ahí el año que viene.

Quien desee concurrir a compartir una grata velada con tan conspicuos exponentes de la música coral, no tiene más que enviarme un mail a jtenorio@fibertel.com.ar, con lo cual recibirá a vuelta de correo las indicaciones para poder llegar sin inconvenientes a la morada del Mº Bruzzo.

Quisiera dejar asentado que, si bien no formo parte del comité organizador de la "Cena de Corolarios III", de más está decir que la misma cuenta con todo mi apoyo, y por supuesto, allí estaré. Así que no se olviden que el champagne me gusta tomarlo a 10º, y que prefiero los langostinos a las ostras.

Bueno, realmente me gustaría verlos a todos los que integramos esta creciente cofradía. En las cenas anteriores hubo algunas ausencias notorias, así que espero que esta vez podamos estar todos. Quién te dice, a lo mejor la tercera es la vencida.

Acuérdense, faltan nada más que 30 días,

Johann

domingo, abril 09, 2006

Un bostezo gigante

Qué se le va a hacer, no todos los conciertos corales son del agrado de este cronista. Muy de vez en cuando, me encuentro con algún coro o algún grupo vocal que me aburren. Y anoche, coincidieron los dos.

La cita era en el auditorio de Radio Nacional, en una edición especial del programa "A que florezca mi pueblo", conducido por el omnipresente Mº Damián Sánchez. Y en principio la propuesta parecía interesante: se presentaban el coro Polifonía Coral de Puerto Rico, dirigido por el Mº Joamel González Soto, y el grupo vocal Tinaja, sobre el cual les hablaré más tarde.

Polifonía Coral presentó un repertorio basado fundamentalmente en los ritmos tradicionales de Puerto Rico, cuyos principales exponentes son las danzas y las plenas, según lo informado por el Mº González Soto. Lástima que la interpretación del coro nos dejó un poco con las ganas de conocer mejor dichos ritmos, creo que principalmente por una cuestión de arreglos. Creo que un buen arreglo de música popular debe estar impregnado del ritmo que se quiera interpretar, lo cual no ocurrió en las obras de Polifonía Coral, cuyos arreglos eran demasiado homofónicos y algo "cuadrados". Una pena, porque el coro sonaba bastante compacto y muy afinado, lo cual pude comprobar gracias a una excursión que tuve que hacer por detrás de los parlantes (que estaban a un volumen muy alto y con mucha reverberancia, como si estuvieran ocultando algo...).

Lo que vino después fue un "revival" de los Trovadores, obviamente dirigido por Damián Sánchez, llamado Grupo Vocal Tinaja. Este grupo (cinco voces masculinas) no sólo sonaba como un viejo LP de Los Trova, sino que hasta tomó prestados varios de los arreglos que hacía el grupo mendocino allá por la década del '60. Y ahí es donde ya no pude contener los bostezos, perdónenme.
Ocurre que, según mi humilde opinión, un grupo vocal de la actualidad que suena como uno de hace 40 años atrás me parece un anacronismo descomunal. Creo que durante todo el concierto de Tinaja no debo haber escuchado más de 4 acordes con novena (para quienes, como yo, no saben mucho de armonía, les cuento que esto implica agregarle a un acorde, por ejemplo DO mayor, la nota inmediata superior a la del nombre del acorde, en nuestro caso un RE), y ni hablar de armonías más complejas. Hoy en día, creo un grupo de esas características no puede producir otro efecto que un violento ataque de sueño en el auditorio. Aclaro: me gustaban mucho los Trova y todos los grupos de esa vertiente, pero para escucharlos, me quedo con los originales. Máxime si los actuales no disponen de una calidad vocal comparable a los clásicos (hago la excepción del tenor 1º).

O sea, para redondear: maestro... déjese de jorobar con seguir ordeñando vacas que dejaron de dar leche hace bastante tiempo. Por si no le avisaron, hubo un cambio de siglo, si es que eso le dice algo. Actualícese, caramba.

Y bueno, si se quiere enojar, enójese, qué tanto...

Johann

viernes, abril 07, 2006

Lo que ellas cantan

Anoche pude, por fin, cumplir con una promesa y darme un gusto a la vez. Seguramente todos ustedes se olvidaron, pero yo tenía muy presente que anoche, como todos los 1os. jueves de cada mes a las 22, se presentaba el Grupo Vocal Sheprays en The Cavern, en ese oasis céntrico llamado Paseo La Plaza. Y así fue, nomás, y allí estaba Johann para presenciar el espectáculo. Y por supuesto, para acercarles la crónica correspondiente.

Sheprays, como ya les he mencionado varias veces, es un grupo vocal femenino dedicado principalmente al negro spirituals y el gospel, pero anoche demostraron que se mueven con total comodidad en todo el espectro de la música negra estadounidense, sobre lo cual me explayaré más adelante.
Pero por lo pronto, y haciendo honor a su slogan, empezaron con una selección de varios clásicos de los géneros antedichos: "The Gospel train", "Elijah Rock", "Ride the chariot", "If we ever" y "The animals", por mencionar sólo algunos.

Y acá vale la pena desviarse un poco del tema repertorio, para dedicar unas líneas al primer aspecto impactante de Sheprays: su absoluto dominio escénico. Las chicas (Ayelén De Raco, Leticia De Luca, Agustina Cardozo y el debut de Mariana Jenichen, mencionadas según lo que me imagino debe ser el orden de aparición en sus partituras, o sea, de la voz más aguda a la más grave) tienen muy en claro lo que hay que hacer arriba de un escenario para capturar la atención del espectador. En este sentido, hay que tener en cuenta que, tratándose de un repertorio bastante uniforme, siempre existe el riesgo de que el público se aburra y se disperse. Con Sheprays, esto no ocurrió en ningún momento.
Y para eso no debieron recurrir a exhibiciones de curvas ni otras artimañas por el estilo, sino que lo lograron simplemente a frescura, simpatía y despliegue.

Volviendo a lo musical, voy a recorrer los aspectos más técnicos de la actuación de Sheprays. Estilísticamente, lo de las chicas es impecable desde todo punto de vista. Realmente da la impresión de estar en presencia de un grupo de mujeres de color, ya que no se limitan a seguir una partitura como hacemos la mayor parte de los coros cuando hacemos un negro spirituals, sino que hay mucho de improvisación y contrapunto, tal como ocurre con los grupos de EEUU. La afinación fue casi perfecta, y de más está decir que todos los temas fueron interpretados con una sensibilidad y una pasión digna de mencionar. Y agregaré un detallecito quizás algo menor, pero que no quiero dejar de lado: las chicas demostraron además que no se achican ante el micrófono, un elemento que a la mayoría de los cantantes les provoca un estupor paralizante (se los digo por experiencia).

Sobre el final de la primera parte se despacharon con una versión de "Yesterday" y el archiconocido himno "When the saints go marching in", para luego anunciar que volverían luego de unos minutos acompañadas de una banda instrumental integrada exclusivamente por varoncitos.

Durante el intervalo me puse a conversar con Flavia Vitale, ¿ex? integrante del grupo, y cuando hablábamos acerca de la banda de acompañamiento, le expresé que por mi parte prefería la música estrictamente vocal. Ja, iluso de mí. Ni idea tenía de lo que se venía luego del intervalo.

Lo que se vino fue lo más parecido que escuché a, por dar un ejemplo, The Supremes o algún grupo de esa extracción acá en la Argentina. Las canciones que abordaron siguieron siendo clásicos del negro spirituals, pero encaradas con el más puro estilo jazz/soul, y con una energía que realmente contagiaba. Pasaron "Amazing Grace", "Down by the riverside" y "Joshua", en unas versiones con un swing desbordante y maravillosamente arreglados, para terminar con el reprise de "Ride the chariot" con el acompañamiento instrumental (dicho sea de paso, la banda -piano, bajo y batería- también demostró tener muy claro qué era lo que estaban tocando), y "When the saints..." como bis. Una verdadera celebración, les aseguro.

Miren qué bien rodeado el Johann: Leti, Aye, Agus, y Mariana (que por suerte estaba sentada, porque me saca una cabeza)Uff, qué manera de escribir. Me entusiasmé. Vamos a redondear la nota diciendo que Sheprays tiene todo, pero todo, eh, para trascender en el campo de la música. Y la verdad es que me alegraría mucho que así sea, ya que además me demostaron que son chicas súper amables cuando atendieron con mucho entusiasmo a mi pedido de sacarme una foto con ellas, foto que espero que en breve esté aquí nomás al ladito de este párrafo, ni bien me la manden ya que la sacaron con la cámara de ellas.

Así que, si atienden mi recomendación, ya tienen programa para el jueves 4 de mayo.
Y casi, casi me animo a asegurar que yo también,

Johann

jueves, abril 06, 2006

¡Vamos a ser músicos con carnet!

Sí, mis queridos lectores y colegas del canto vocacional, parece ser que el pujante gobierno del Dr. K ha dado una muestra de sensibilidad ante un reclamo histórico de los coreutas: el ser considerados "músicos", de la misma manera que el primer violinista de la Filarmónica de Buenos Aires, para lo cual vamos a tener que sacar una matrícula de músico.
Alguien dirá "esperen, ¿leí bien, o Johann dijo "vamos a tener que sacar una matrícula?". Y la respuesta es, sí, leyeron bien.

Les cuento. Hay una ley (votada por el Congreso ¡de 1958! y ya con la firma del Poder Ejecutivo), la 14.597, que está en vigencia desde hace un año, y que reglamenta la actividad de todos los músicos en la Argentina. Esta ley considera como músico a "toda persona que interpreta cualquier obra musical", por lo cual quienes nos dedicamos a cantar en coros estamos en ese sentido a la misma altura que Martha Argerich. Cualquiera se sentiría al menos orgulloso de semejante aseveración, pero esperen porque ahora viene la parte menos agradable del asunto.

Para poder ejercer como músicos (por ejemplo, para poder cantar en un coro, rentado o no), hay que rendir un examen de idoneidad y sacar una matrícula habilitante en el SADEM (Sindicato Argentino de Músicos, sí, ríanse, que existe tal cosa). Y la dichosa matrícula sale unos 96 pesitos, y tiene una validez de un año. O sea, que hay que pagarle al SADEM $ 96.- por año para estar habilitado para tocar en el Colón o cantar en el encuantro coral organizado por la parroquia del barrio.
Y hay algo más: por si alguien se pregunta si las condiciones necesarias para pasar el examen son muy elevadas, les diré que ni siquiera hace falta tenerlas: cualquiera que desee pagar los 96 pesitos anuales podrá tener su matrícula, bajo el pretexto de que el sindicato "no le va a cortar la posibilidad de trabajar a nadie" (textual de Miguel Botafogo, uno de los integrantes de la mesa examinadora). Lo cual deja absolutamente en claro el interés recaudatorio de esta ley.

Vamos por partes. Hay quienes están más que conformes con esta ley, argumentando que gracias a ella, los músicos tienen una herramienta mediante la cual pueden lograr que sus contratos de trabajo estén de acuerdo con la legislación laboral vigente, y así poder acceder a los beneficios de la seguridad social. Paren, che, que estoy hablando en serio, ¿de qué se ríen?

El problema es que esta ley no contempla algo que es fundamental: la música es un arte y no una ocupación. Partiendo de esa base, hay muchísimas situaciones especiales que la ley ignora, y una de ellas es sin duda la de los coros vocacionales. Que son grupos conformados muchas veces por gente sin conocimientos musicales, y que ya bastante les cuesta hacer frente a la cuota mensual que pasa a formar parte del sueldo del director.
Pero también hay otro factor: a veces pareciera que los propios músicos son los primeros en olvidar el principio de que la música es un arte. Hoy en día, da la impresión de que los únicos que entregan horas de dedicación y esfuerzo simplemente "por amor al arte" (es más, pagando por ello), son los coreutas. El resto del espectro musical tiene como meta utilizar a la música como medio de vida, y le ruego a quien esto lea que, antes de gritar que estoy loco, que haga un profundo examen de conciencia. Con esto no quiero decir que vivir de la música sea un delito (supongo que nadie va a cursar varios años de conservatorio sólo para dedicarse a la ingeniería o el atletismo), pero me gustaría dejar las cosas en claro.

Aún así, parece ser que ni siquiera los que nos dedicamos a esto sólo como un hobby y sin tener grandes aptitudes ni estudios avanzados, nos vamos a librar del vendaval recaudador. Por ejemplo, el Mº Marcelo Valva, presidente de ADICORA, me planteaba hace un par de días el siguiente caso: supongamos que un director de cine decide utilizar un coro para la banda sonora de una película. Se completa todo el proceso de filmación, grabación, producción, etc., y cuando la película está por salir a la calle aparece el SADEM exigiendo que se presenten las matrículas de los coreutas como requisito para permitir el estreno. Como bien podrán suponer, ese director jamás volverá a llamar a un coro ni siquiera para la filmación de un cumpleaños de 15.

Para redondear la nota, les diré que se está gestionando un fuerte movimiento para plantear, ante quien corresponda (la Corte Suprema, llegado el caso), los enormes agujeros negros de esta ley. Por mi parte no creo tener demasiado poder como para poder hacer algo, pero desde ya que no pienso hacer nada por obtener la dichosa matrícula. Si llegase a estar en la disyuntiva entre sacar la matrícula o dejar el canto, pues no tengan dudas que me quedaré en mi casa escuchando música coral.
Y si algún día los coros se quedan sin coreutas, supongo que alguien notará en ese momento los resultados de esta maravillosa ley.

Ojalá que se den cuenta antes de ese día.

Johann

martes, abril 04, 2006

Semillero de cronistas

Acabo de recibir en mi casilla de correo algo que me puso muy contento: una nueva crónica de un concierto coral.
Como ustedes recordarán, hace una semana había publicado la gacetilla que me había enviado Susy Lencio sobre el concierto que se realizó el domingo en la iglesia Don Bosco, en San Isidro. Y hoy acabo de recibir la crónica que la propia Susy, asistente a dicho concierto, escribió sobre el mismo.

¿Por qué me pone contento esto? Tal vez sea una pavada, pero siento que el hecho de que en algún momento haya tomado la decisión de comenzar un blog sobre música coral, y más tarde la de ir a ver conciertos y comentarlos en él, está despertando un cierto interés en asistir a conciertos corales. Y mejor aún, de presenciarlos con un cierto "espíritu crítico", dicho esto en el buen sentido, lo que implica estar atento a algunos detalles técnicos que la mayoría de quienes van a ver un concierto coral dejan de lado. Y esto conlleva, tarde o temprano, a aplicar ese mismo punto de vista en nuestros propios coros, con lo cual uno se evita comprar los espejitos de colores que algunos pretenden vender.

Bueno, sí, tienen razón, la verdad es que no inventé nada. Pero esa sensación no me la saca nadie.

Le pido perdón a Susy por tanto prefacio, y paso directamente a transcribir su comentario:
"Hola Johann, le cuento cómo me fue en el primer concierto del ciclo de los Conciertos Don Bosco. Fue el domingo 2 de abril a las 16. No sé si la conoce, la Parroquia San Juan Bosco es una iglesia de construcción moderna dominada por el ladrillo y la madera, con grandes ventanales que permiten desde el patio observar el interior, donde una gran cruz de madera cuelga del techo.
El cielo se había despejado por completo el domingo a eso de las tres y media de la tarde, cuando llegué. Algunos asistentes al concierto esperaban al aire libre. Otros, como yo, entraban para retirar su programa y ubicarse.
Junto con el programa del Ciclo de Conciertos de Don Bosco, venía el de Academia Bach. Por este pude enterarme de que el concierto que iba a presenciar había sido ofrecido el día anterior en el marco de Festivales Musicales de Buenos Aires, en la Iglesia Metodista Central. Actuarían los mismos intérpretes con los comentarios de Mario Videla. Con la diferencia de que la entrada era libre y gratuita.
El concierto empezó con la Cantata 196 "Der Herr denket an uns" (El Señor se acuerda de nosotros), compuesta por Bach para la boda de un pastor, justamente el pastor que había oficiado en su propia boda un año antes. Sus primeros acordes me hicieron pensar en el paso sereno y amable de los novios hacia el altar y su número final, la alegre salida de los mismos.
La otra obra "Vesperae solennes de Confessore" (Vísperas solemnes de un confesor), de Mozart, está compuesta por seis partes, las cinco primeras con textos de salmos y la sexta, un Magníficat.
El quinto número es el famoso Laudate Dominum, cuya parte solista cantada por Silvina Sadoly, disfruté con gran emoción.
Dos obras muy hermosas, con una interpretación maravillosa por parte de los cantantes e instrumentistas de la Selva Vocal e Instrumental, dirigidos por Andrés Gerszenzon. Con todo respeto, creo que los comentarios, si bien son muy interesantes, exceden el tiempo de tolerencia de un oyente que va a escuchar música. Algo que me encanta de los conciertos comentados es, sin embargo, que siempre se reparte una partecita de música para que el público cante con la guía del maestro Videla.
Estas son mis impresiones. Le mando un abrazo y espero verlo alguna vez en algún concierto.
Susana"

Susy, de más está decir que la esperanza es mutua, y te mando mis felicitaciones por tu maravillosa crónica.
Saludos para todos,

Johann