El weblog de Johann Tenorio, Buenos Aires, Argentina
Para dejar tus comentarios, hacé click en el sí­mbolo Pero en éste no!!! En el de abajo de cada nota, o hacé click aquí­ para enviarme un e-mail

jueves, abril 06, 2006

¡Vamos a ser músicos con carnet!

Sí, mis queridos lectores y colegas del canto vocacional, parece ser que el pujante gobierno del Dr. K ha dado una muestra de sensibilidad ante un reclamo histórico de los coreutas: el ser considerados "músicos", de la misma manera que el primer violinista de la Filarmónica de Buenos Aires, para lo cual vamos a tener que sacar una matrícula de músico.
Alguien dirá "esperen, ¿leí bien, o Johann dijo "vamos a tener que sacar una matrícula?". Y la respuesta es, sí, leyeron bien.

Les cuento. Hay una ley (votada por el Congreso ¡de 1958! y ya con la firma del Poder Ejecutivo), la 14.597, que está en vigencia desde hace un año, y que reglamenta la actividad de todos los músicos en la Argentina. Esta ley considera como músico a "toda persona que interpreta cualquier obra musical", por lo cual quienes nos dedicamos a cantar en coros estamos en ese sentido a la misma altura que Martha Argerich. Cualquiera se sentiría al menos orgulloso de semejante aseveración, pero esperen porque ahora viene la parte menos agradable del asunto.

Para poder ejercer como músicos (por ejemplo, para poder cantar en un coro, rentado o no), hay que rendir un examen de idoneidad y sacar una matrícula habilitante en el SADEM (Sindicato Argentino de Músicos, sí, ríanse, que existe tal cosa). Y la dichosa matrícula sale unos 96 pesitos, y tiene una validez de un año. O sea, que hay que pagarle al SADEM $ 96.- por año para estar habilitado para tocar en el Colón o cantar en el encuantro coral organizado por la parroquia del barrio.
Y hay algo más: por si alguien se pregunta si las condiciones necesarias para pasar el examen son muy elevadas, les diré que ni siquiera hace falta tenerlas: cualquiera que desee pagar los 96 pesitos anuales podrá tener su matrícula, bajo el pretexto de que el sindicato "no le va a cortar la posibilidad de trabajar a nadie" (textual de Miguel Botafogo, uno de los integrantes de la mesa examinadora). Lo cual deja absolutamente en claro el interés recaudatorio de esta ley.

Vamos por partes. Hay quienes están más que conformes con esta ley, argumentando que gracias a ella, los músicos tienen una herramienta mediante la cual pueden lograr que sus contratos de trabajo estén de acuerdo con la legislación laboral vigente, y así poder acceder a los beneficios de la seguridad social. Paren, che, que estoy hablando en serio, ¿de qué se ríen?

El problema es que esta ley no contempla algo que es fundamental: la música es un arte y no una ocupación. Partiendo de esa base, hay muchísimas situaciones especiales que la ley ignora, y una de ellas es sin duda la de los coros vocacionales. Que son grupos conformados muchas veces por gente sin conocimientos musicales, y que ya bastante les cuesta hacer frente a la cuota mensual que pasa a formar parte del sueldo del director.
Pero también hay otro factor: a veces pareciera que los propios músicos son los primeros en olvidar el principio de que la música es un arte. Hoy en día, da la impresión de que los únicos que entregan horas de dedicación y esfuerzo simplemente "por amor al arte" (es más, pagando por ello), son los coreutas. El resto del espectro musical tiene como meta utilizar a la música como medio de vida, y le ruego a quien esto lea que, antes de gritar que estoy loco, que haga un profundo examen de conciencia. Con esto no quiero decir que vivir de la música sea un delito (supongo que nadie va a cursar varios años de conservatorio sólo para dedicarse a la ingeniería o el atletismo), pero me gustaría dejar las cosas en claro.

Aún así, parece ser que ni siquiera los que nos dedicamos a esto sólo como un hobby y sin tener grandes aptitudes ni estudios avanzados, nos vamos a librar del vendaval recaudador. Por ejemplo, el Mº Marcelo Valva, presidente de ADICORA, me planteaba hace un par de días el siguiente caso: supongamos que un director de cine decide utilizar un coro para la banda sonora de una película. Se completa todo el proceso de filmación, grabación, producción, etc., y cuando la película está por salir a la calle aparece el SADEM exigiendo que se presenten las matrículas de los coreutas como requisito para permitir el estreno. Como bien podrán suponer, ese director jamás volverá a llamar a un coro ni siquiera para la filmación de un cumpleaños de 15.

Para redondear la nota, les diré que se está gestionando un fuerte movimiento para plantear, ante quien corresponda (la Corte Suprema, llegado el caso), los enormes agujeros negros de esta ley. Por mi parte no creo tener demasiado poder como para poder hacer algo, pero desde ya que no pienso hacer nada por obtener la dichosa matrícula. Si llegase a estar en la disyuntiva entre sacar la matrícula o dejar el canto, pues no tengan dudas que me quedaré en mi casa escuchando música coral.
Y si algún día los coros se quedan sin coreutas, supongo que alguien notará en ese momento los resultados de esta maravillosa ley.

Ojalá que se den cuenta antes de ese día.

Johann

6 Comentarios:

Blogger Daniel Caserta dijo...

Mirá Joahnn... yo a estos tipos, es medio largo de contar, los conozco muy bien y conozco bastante su prontuario y te ASEGURO que de defensa al "compañero" no hay absolutamente nada de nada... su UNICO objetivo es el de hacer caja... y por la plata son capaces de todo...

Y con respecto a matricularse, yo tampoco tengo absolutamente ninguna intención de hacerlo, pero te prevengo que si esta ley sigue en pie, en cuanto se hagan públicas dos o tres "inspecciones"... se nos acaban los lugares para tocar, porque ellos actúan sobre los dueños de los lugares como si fueran EMPLEADORES (????!!!)... así que son ellos quienes se van a ocupara de averiguar si tenés la matrícula o no, antes de abrirte las puertas del lugar (obvio, siempre que haya el cobro de una entrada de por medio, por más pequeña que sea...)

Hay que hacer lo que se pueda para DEROGARLA... eso es lo que hay que hacer

Lo que no deja de sorprenderme es la extraordinaria capacidad de lobby que tiene esta "banda"

7/4/06 17:14  
Blogger Daniel Caserta dijo...

y en el caso planteado de coro en la película, te digo cómo terminan esas cosas...

amenanzan al productor de la película con cobrarle 100 y arreglan con 20, más la liquidacion del cachet del coro, liqudado a los valores de convenio del Sadem... teóricamente, el coro debería pasar a cobrar por el Sadem por su participación, pero si los coreutas no están "matriculados" no le pagan, o sea que se embolsan esa plata TAMBIEN... negocio redondo para ellos

7/4/06 17:18  
Blogger Johann Tenorio dijo...

Vamos con calma. Ya hay, como les dije, un fuerte movimiento en contra del tema de la matrícula (dicho sea de paso, estaba pensando si la idoneidad para trabajar de músico caduca en 12 meses). Así que propongo sumarnos en principio a ese movimiento, uno de cuyos integrantes más activos es el Mº Valva.
No se preocupen, que no se la van a llevar de arriba.
Johann

9/4/06 20:03  
Anonymous Anónimo dijo...

Pueden leer el llamado de un director de coro al Sadem en http://musicoargentino.blogia.com/ empezando de abajo hacia arriba con respecto a las notas escritas.
Tómense un te de boldo primero...

17/4/06 01:27  
Blogger Johann Tenorio dijo...

Gracias por el aporte, estimado Anonymous, pero la próxima vez te pediría si no nos podés aportar algún dato identificatorio. Más que nada porque uno todavía se acuerda del método Cantarini de captar lectores.

De todos modos, te cuento que estuve leyendo las notas (¿tus notas?), y tanto las llamadas como la investigación sobre la ley me parecieron muy interesantes.

Si podés, escribime un día de éstos, ya que me gustaría agregar el blog (¿tu blog?) entre los links de "Coro Lario".

Un abrazo,
Johann

17/4/06 09:55  
Anonymous Anónimo dijo...

hola a todos
esta nota salio hoy en el diario la nacion
http://www.lanacion.com.ar/800006
"El Gobierno daría marcha atrás con la ley del músico"
saludos
martin

24/4/06 15:17  

Publicar un comentario

<< Home