El weblog de Johann Tenorio, Buenos Aires, Argentina
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lunes, julio 16, 2007

Encuentro con desencuentros

Que me disculpen los amigos que me contaron esta anécdota, acaecida en el día de ayer, por no guardar el secreto (que en realidad no me pidieron, así que no hay tutía). Pero el hecho que pasaré a relatar es digno de figurar en una antología de las grandes animaladas de la música coral argentina. Y no sé si a ustedes les pasará lo mismo, pero yo me descompuse de la risa cuando me la contaron.
Además, prometo no dar nombres propios.

Hete aquí que durante este fin de semana nos visitó un coro de un país limítrofe, que no nombraré, pero ya muchos deben saber a cuál me refiero. Y fue invitado a participar de un par de encuentros corales, uno el sábado y otro el domingo (calculen cuánto público podía haber ayer por la tarde en un encuentro coral, como deben haber comprobado Rita Stein y Oscar Mesías).

La primera señal de que la organización estaba algo desorganizada, la recibimos el sábado por la tarde, en la forma de una gacetilla ya a esa altura un poco más que tardía, que anunciaba ambos encuentros. Esto provocó ya en ese momento un par de quejas en listas de correo dedicadas al ámbito coral, por la demora en enviar la gacetilla. Pero eso fue nada más que el principio, como verán.

Nada sé acerca de cómo fue el encuentro del sábado, pero parece ser que estuvo bastante bien. El problema fue en el encuentro de ayer, domingo.
Como era previsible, el público podía enumerarse con los dedos de una mano, y habría sobrado un meñique. Claro, a la misma hora, la Selección de Basile bailaba en la calurosa Maracaibo al compás de un samba de tres notas solas (por suerte).

A la hora señalada en que debía iniciarse el concierto, aún no habían arribado ni el organizador y a la vez director del coro anfitrión, ni los integrantes del coro invitado (que supuestamente iban a ser transportados por el organizador). Sí había llegado la directora de este coro, que trató de explicar esta situación de por sí inexplicable al menguado auditorio, con su proverbial simpatía (es conocida en el ambiente por su buena onda), para luego tratar de improvisar algo con el coro que había disponible, que era el coro anfitrión, que sí había llegado pero carecía de director. Arremetieron entonces con el "Ave Verum" de Mozart, como pa' hacer algo.
Luego trataron de ejecutar otra obra, pero al no haber partituras disponibles, y como ninguno de los coreutas presentes tenía idea de la tonalidad de la obra, quedó en claro que la tarea era poco menos que imposible. Por suerte, uno de los coreutas se puso la pilcha de director y, frente a la sonrisa sorprendida de sus compañeros, dirigió como pudo otro tema. Por lo que cuentan, fue el momento más musical de la velada.

En ese momento, como suele ocurrir en todo encuentro coral que se precie, sonó un celular. Hete aquí que quien llamaba era nada menos que el despistado organizador del encuentro, explicando que "como se hacía tarde", llevó al coro invitado no a la iglesia donde venía sucediendo todo este desbarajuste, sino a un colegio cercano, e invitando a los presentes a dirigirse hacia allí. Sí, entendieron bien: el organizador, por su cuenta y sin explicar los motivos de su desaparición y la del coro invitado, decidió en aquel momento que el encuentro debía realizarse en otra parte. Grotesco, cuanto menos.

Bueno, la cosa siguió nomás en el colegio cercano. El problema es que aparentemente el colegio era bastante grande, porque una vez que ambos directores, ambos coros y el público se hicieron presentes en el lugar, tardaron 20 minutos más en encontrarse cada director con su coro y viceversa.
A todo esto, la mitad del coro anfitrión se había ido a tomar mate a su casa (algo por demás comprensible a estas alturas), por lo cual el director-organizador hizo lo que pudo con los restos de su coro, mientras su pequeña hija se dedicaba a destrozar las instalaciones del auditorio, tal cual es su costumbre (sé de lo que hablo).

Y finalmente, el coro invitado y su directora lograron coincidir en el escenario, y brindaron según me cuentan un muy buen concierto, desbordante de calidez y buena onda, algo que, luego de las peripecias vividas, resulta más que meritorio.

Mi conclusión, para cerrar este post, es ¡qué lástima que no fui!
Pero bueno, para eso están los amigos que van y después cuentan.
Espero que se hayan divertido tanto como yo,

Johann

3 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

La verdad es que me quedé con ganas de saludar personalmente a la Dire invitada... me dio un poco de bronquita enterarme sobre el pucho. Pero lo que vos contás ES DE TERROR!!!
Te cuento que estuvimos en Nra. Sra. de Las Victorias el domingo en un Concierto organizado por Rita, pensábamos que no iba a ir ni el loro... y, sorpresa!!! hubo mucho más público del que esperábamos y nos fuimos más que contentos. Siempre que voy a cantar a esa Iglesia me trae suerte, el finalizar nuestro programa (que duró una hora y media), se me acerco en excantate del Vocal Meridión con intenciones de entrar a cantar al Molto, y como esta vez estuvimos solos NADIE ME VA A ACUSAR DE ANDAR AFANANDO COREUTAS jaja.
Aprovecho para saludar y agracedecer a Rita por la organización, siempre nos reciben muy bien.
Lástima que al salir del templo nos enteramos de la triste noticia, si sabíamos eso seguíamos cantando un poco más jajaj
Saludos para todos.
Oscare

PD: Che johann, la próxima vez que me grabes y no me pidas permiso te arranco el cogote!!! jajaja

17/7/07 09:53  
Blogger Diego Lenger dijo...

Yo fui a ese concierto que mencionás! Aclaro que no soy el que pasó el dato... Así que ya me imagino quién fue, éramos muy poco público. Fue una de las situaciones más extrañas que haya presenciado en la vida coral argentina (mi corta experiencia).
Hay un par de inexactitudes, debo decir. La directora invitada dirigió luego del Ave Verum otras dos canciones (una, un arreglo de "De música ligera", tema de Soda Stereo, que sonaba raro en una iglesia). Luego dirigió el coreuta. Aparte, explicaron (muy moderadamente) los motivos de la suspensión del concierto: los coreutas del país vecino se demoraron por venir en tren, no sé de dónde (no del país vecino).
Y el partido se jugaba muchas horas después, aunque viendo cómo salió, lamento que no haya sido a la misma hora que el frustrado concierto. Saludo,

29/7/07 18:53  
Blogger Marcelo Bruzzo dijo...

Me hace acordar a un concierto en el museo de arte decorativo, el troesma no llegaba y no llegaba y no llegaba y no llegaba, y bueno, había que empezar, así que busqué algo que se pareciera a un atril y al borde del colapso nervioso di las notas para acometer el primer numero de un ciclo de mendelssohn, creo que era el op. 41. En fin, con los nervios di todo una tercera abajo, miré a los bajos... ellos me miraron... y me lanzaron la clásica cara "no te preocupes que nosotros nos la bancamos, la base está"

Sobrevivimos, para la segunda obra me aseguré tres veces de tener las notas adecuadas y todo salió bien de ahí en mas, y cuando ya giré para agradecer a los organizadores por la invitación, en ese instante, llegó el maestro con su cara de "se me rompió el auto"

Pasa en las mejores familias, abrazo Johann.

Cello

30/7/07 12:15  

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