El último (pero no el menos importante)

Se entiende, me refiero al último post del año 2006. Que no será un post demasiado largo, para quienes no andan a esta altura del partido con ganas de ponerse a leer demasiado, sino que servirá para hacer un breve balance de los últimos 12 meses, una fugaz mirada a los próximos 12, y un avisito muy cortito acerca de una invitación que anda perdida entre los comentarios de un viejo post.

BALANCE DEL 2006
En esta parte es cuando uno hace un arqueo de caja, se fija en lo que va en las columnas del debe y el haber, calcula ganancias y pérdidas, y obtiene un resultado acerca de cómo le fue en el último ejercicio. O al menos, así sería si uno hubiera cursado la licenciatura en ciencias económicas.
Como no es mi caso, lo único que puedo decir es que el 2006 fue para mí bastante mejor que el 2005, pero no tanto como lo esperaba. Si ustedes se fijan en el post de hace exactamente un año, ahí les decía que el 2005 había sido un año de muchas pérdidas. El 2006, si bien no fue un período de recoger ganancias, al menos sirvió para cortar la racha de derrotas.
Para el blog fue un período de fuerte afianzamiento. Hoy puedo decir, con casi plena seguridad, que Johann Tenorio se ha transformado en un personaje bastante notorio, aceptado o rechazado, pero pocas veces ignorado. No sé cuánta gente lee el blog, aunque teniendo en cuenta el contador, las visitas son abundantes (y eso que en los últimos tiempos vengo escribiendo bastante salteado). Así que en ese sentido, no puedo menos que estar sumamente agradecido a todos mis lectores, y prometerles mi mejor esfuerzo para que en el 2007 tengamos un "Coro Lario" aún mejor.

EXPECTATIVAS PARA EL 2007
Por otra parte, las poquitas cosas que puedo colocar en la columna de las ganancias de este año que termina, son todas inversiones que prometen fuertes dividendos en el mediano y largo plazo, si bien no en lo inmediato. Hay muchos proyectos dando vueltas, cambios en lo laboral, y por qué no, también presiento en lo personal que hay una energía muy positiva que me ayuda a entablar nuevas y provechosas relaciones. Vaya uno a saber, puede ser que, teniendo en cuenta todos estos factores, en el 2007 Johann Tenorio sale de pobre...

INVITACION UN TANTO ABSTRACTA
Claro, porque uno invita, pero no aclara ni a dónde ni para cuándo.
La cosa es así: la Condesa Sangrienta, como para redimirse de haberse olvidado de mi cumpleaños, invita a todos los corolarios a una cervecería artesanal que sólo ella sabe dónde queda. Dice que tiene 300 variedades de cerveza, todo un desafío a ver quién se anima a degustarlas todas.
Por ahora, los que nos hemos prendido a la invitación de la Condesa somos ella, el reaparecido BruTzo y quien esto escribe. Veremos si se engancha alguien más, y en cuanto hayamos sumado una cantidad considerable de adherentes, daremos a conocer lugar, fecha y hora de la que podría llegar a ser la "Cena de Corolarios IV", o bien, la "Curda de Corolarios I". Respondez, s'il vous plait.

Y listo, se acaba el post, al igual que el año.
Les deseo que en el 2007 les vaya bárbaro, que se cumpla al menos uno de sus sueños, que no dejen de soñar... y que mucho menos dejen de cantar.
Un abrazo enorme,
Johann

Y por este año no canto más

Al menos, no tengo planificado hacerlo en público. Es posible que sí continúe haciéndolo en ámbitos más íntimos, ya que uno siempre encuentra algún proyectito nuevo en el cual despuntar un poco el vicio, pero en lo que atañe a conciertos, después del encuentro que pasaré a mencionar a continuación, pondré las cuerdas en remojo por algunos meses.

El encuentro al que me refería es el concierto de cierre de año del Grupo Vocal AlmaVoce, que casualmente coincide en tiempo y espacio con el del Sexteto Cantábile, que casualmente es dirigido por la misma directora (Betty Rodríguez), y casualmente coinciden ambos en desarrollar un repertorio bastante similar: música popular argentina y latinoamericana. Vaya cúmulo de coincidencias. ¿Será casualidad o causalidad?

Regresando de la metafísica a la física cuasi-newtoniana, paso a informar que el encuentro de marras se llevará a cabo mañana mismo, 16 de diciembre, a las 20:30 hs., y el lugar previsto es la Iglesia Metodista de Martínez, que (otra casualidad más) queda en Martínez, en el 1928 de la calle Tres Sargentos. Esto es casi a la vuelta de Av. Maipú e Hipólito Yrigoyen.

La cosa es así: primero va Cantábile, hace lo suyo que es cantar (y muy bien), hay un intervalo más o menos breve en el cual podrán degustar algunas delicias preparadas por la gente del Templo a precios módicos, y luego vamos nosotros con AlmaVoce. Y si todo el mundo está contento y pide más, puede que hasta haya algunos bises con ambos grupos cantando juntos (o sea, coincidiendo en el escenario).
La idea es que se arme un clima de fiesta, así que espero que haya unos cuantos amigos entre el público. Y por qué no, también están invitados los amigos de los amigos, al menos hasta la tercera iteración.

Los esperamos,
Johann

El retorno del dominio

Mientras navegaba sin rumbo fijo por la World Wide Web, se me dió por entrar a NIC Argentina para ver cómo andaban las cosas por allí. Y me encontré con la siguiente novedad:

No sé si estoy del todo de acuerdo con eso de "persona responsable", pero al menos sabemos que "Coros Argentinos" ha vuelto a ser propiedad de Marcelo Bruzzo, como nunca debió de haber dejado de serlo.

Ahora cuídelo, BruTzo, que el año que viene no quiero escuchar que se lo volvieron a birlar. No sé, póngase un poster con un "23/11" bien grandote en la pared de su habitación, pero si se vuelve a olvidar de renovarlo, le garantizo que vamos a ser varios los que vamos a marchar en procesión hasta su casa para agarrarlo a bifes.

Hasta más luego,
Johann

Noche de música y festejos

Ahora sí, voy a dedicarle unos minutos (sí, trataré de ser breve y conciso, al menos por esta vez) al evento que precedió al homenaje comentado en el post anterior. Y que también tuvo momentos de interés, tanto en lo personal como en lo estrictamente musical.
Me refiero al encuentro de grupos vocales que compartimos el Sexteto Cantábile (ascendido en esta oportunidad a septeto), el Grupo Vocal Almavoce y el Vocal Consonante, que cuenta con la dirección del Mº Eduardo Ferraudi.

Aclaro que, como el mismo Ferraudi comentó en algún momento, Cantábile y nosotros fuimos algo así como los "teloneros" de Consonante. Esto respondió simplemente a que Consonante hacía su concierto de cierre del año, por lo cual hizo un repertorio bastante extenso, mientras que los otros grupos hicimos nada más que 4 obras cada uno. Y ahí se acaba cualquier similitud con lo que se conoce como "telonero" o "grupo soporte", porque más allá de la cantidad de canciones, en ningún momento ni Ferraudi ni la gente de Consonante nos hizo sentir como tales, y hasta nos dejaron el honor de cerrar el encuentro.

Vamos por partes. Primero fue el turno del Sexteto Cantábile, que contó con el refuerzo del contratenor Pablo Travaglino y, por primera vez desde que los conozco, con la dirección "in situ" de Betty Rodríguez, que en general no dirige al grupo en los conciertos. Cantábile interpretó, con la elegancia y la sutileza que los caracteriza, un set de 4 canciones folklóricas: dos arreglos de Ferraudi ("La Nochera" y "Regreso a la Tonada") y dos del "Chino" Correa ("Paloma Perdida" y "Para qué"). La diferencia con otras actuaciones de Cantábile fue que esta vez, a los factores ya mencionados y a su proverbial cuasi-perfección técnica, le agregó una llamativa dosis de gracia y picardía criollas, sobre todo en la última obra. Lo cual me preocupa, porque si Cantábile le empieza a tomar el ritmo a la música popular, nos quedamos todos sin trabajo. De todos modos, bienvenido sea este cambio, porque los chicos de Cantábile son gente muy querida para mí y no puedo dejar de desearles lo mejor en cualquier cosa que hagan.

Luego el turno de AlmaVoce, el grupo que integro desde hace ya casi dos añitos. Hicimos dos arreglos de Camilo Matta ("Te'y de Querer" y "Garúa") uno del "Chino" Correa ("Ky Choro") y uno de Guillermo Giono ("Lima de Veras"), con buena respuesta del numeroso público asistente, que debe haber superado tranquilamente las 100 personas. Gracias totales.

Antes de comentar la actuación del Vocal Consonante, quiero agradecer al Mº Ferraudi, quien me vino a saludar e incluso a agradecer algunos comentarios que hice sobre una actuación del Coro Zumerland. Maestro, por favor, que me hace poner colorado. Un verdadero honor haberlo conocido. Lo que sí, quisiera saber quién fue el que me mandó al frente y le indicó quién era ese tal Johann Tenorio.

Bueno, y sobre Consonante, debo decir que su actuación me gustó mucho más que cuando los vi el año pasado en la Metodista de Martínez. No sólo porque le pusieron algo más de sal y pimienta a sus interpretaciones, sino porque además me pareció un verdadero acierto el orden de su programa.
Me explico. Consonante, de más está decir, basa su repertorio en los maravillosos arreglos de Ferraudi, lo cual en algún momento se transforma en una desventaja. Aún teniendo en cuenta la riqueza de recursos de Ferraudi, todos los arreglos tienen "la marca del autor", lo que termina provocando cierta previsibilidad. Es como que, transcurrido cierto tiempo, se acaban las sorpresas.
Esta vez, como para contrarrestar este efecto, hicieron una especie de "quiebre" en el medio del concierto, que renovó el interés del público de manera más que ostensible. Empezaron haciendo 4 arreglos folklóricos de Ferraudi ("De Barro y Trigo", "Chacarera del Expediente", "Sirviñacu" y "Viejas Promesas"), para luego dar paso a un clásico del jazz, "Sweet Georgia Brown", y a continuación la ruptura total: una suite de 4 obras breves de... ¡Einojuhani Rautavaara!, sobre textos de García Lorca. Les puedo garantizar que el ambiente, durante la interpretación de la suite, parecía el de un circo mientras un equilibrista hacía lo suyo a 60 metros de altura y sin red. El público, incluído este cronista, ni siquiera respiraba. Con esto neutralizaron el "efecto Ferraudi", y además lo hicieron de una manera musicalmente impecable.
Después sí, final a toda orquesta con 4 arreglos más de Ferraudi, esta vez de tangos: "Los Cosos de al Lao", "Nada", "Fuga y Misterio" y "Triunfal". El bis era inevitable, y Consonante se despidió con una bella versión de "Misty", de Errol Gardner.

Luego el Mº Ferraudi nos invitó, a Cantábile y AlmaVoce, a que cerráramos el encuentro con los bises que habíamos declinado hacer anteriormente. Así que subimos los dos grupos al escenario, y le dimos duro y parejo al arreglo de Roberto Goldar de "Chacarera Santiagueña", que incluyó un preciso y afinado "güeeeenooo" de parte de quien esto escribe. Preanuncio de lo que se venía en apenas unos minutos.

Claro, porque habiendo tantos amigos presentes, siendo las 11:45 del día viernes 1º de diciembre... ¿cómo no empezar a festejar mi cumpleaños ahí mismo? Esperamos unos 15 minutos más, e inauguramos oficialmente la Temporada de Festejos de Johann Tenorio, a pura pizza y champagne. Cualquier similitud con mandatarios de otrora es pura coincidencia, lo juro.

Bueno, a los que se preguntan dónde quedó aquello de "breve y conciso"... les juro que lo intenté...
Nos vemos,
Johann

Primero lo segundo

Durante este fin de semana de festejos tuve la oportunidad de presenciar y/o participar en dos encuentros corales, uno el viernes y otro el sábado, y por una cuestión de que uno también tiene derecho a pasar un rato agradable con amigos y familiares, me perdí algunos otros.
Todos ellos eran de alguna manera importantes, pero, tal vez por una mera cuestión de impacto emocional, prefiero dedicarme a comentar en primer término el que cronológicamente vino segundo, o sea, el Concierto Homenaje a Fernando Moruja que se realizó el sábado en el Colegio Nacional de Buenos Aires.

En realidad no hay posibilidad de realizar una crónica como las que suelo escribir, desarrollando los aspectos técnicos de la actuación de los coros participantes. En primer lugar porque tanto el Vocal Meridión como el Grupo Vocal de Difusión (dirigidos por Ana Laura Sluvis y Mariano Moruja respectivamente) tuvieron una actuación muy correcta y prolija.
Pero el motivo principal radica en la esencia misma de la convocatoria. No se trataba del lucimiento de cada coro, ni de sus integrantes, ni de sus directores, sino de rendir homenaje a quien se transformó, en apenas 44 años y unos días, en una de las personalidades que más hizo por nuestra música coral.
Formó parte de varios coros, dirigió otros tantos, fue docente y compañero de sus dirigidos, hizo arreglos vocales, compuso obras maravillosas, y encima le quedó tiempo para ser uno de los gestores de la idea que luego se transformaría en ADICORA.

Fue, de todos modos, una linda oportunidad para escuchar las hermosas obras de Fefe. Algunas bastante conocidas, como "Miedo", "Canción 31" (musicalizaciones de poesías de Gabriela Mistral y Rafael Alberti, respectivamente), varias de las "V Obras Sacras" y alguna más. Otras no tanto, y de hecho fue un placer entrar en conocimiento de maravillas como sus dos misas (la "Breve" y la "Seconda"), las extrañas "Tres canciones humorísticas sobre poesías de Quevedo" o "Los ángeles bailan sobre la hierba", con texto de Juan L. Ortiz.

Y por sobre todas las cosas, fue un evento de altísima emotividad. Hubo, por supuesto, muchos pares de ojos enrojecidos, tanto entre los asistentes como entre los cantantes. Hubo tiempo para hacer un repaso más o menos teórico sobre las obras de Fefe, mediante la lectura de un texto de Claudio Alsuyet, quien no pudo asistir al homenaje. Hubo también algunas risas, humedecidas por las lágrimas, cuando un ex-integrante del Coral de la Rábida y el Vocal Meridión (pido mil disculpas, pero no tomé nota de su nombre) tomó el micrófono para deleitarnos con un texto de su autoría, recordando algunas anécdotas vividas al lado de Fefe.
Por eso, ese gesto de Mariano Moruja, alzando al cielo las partituras de Fefe al final del concierto, provocó un aplauso interminable que fue una memorable despedida a quien muchos, de una manera u otra, seguimos extrañando.

Espero no haber abundado en golpes bajos, porque la verdad es que, si bien la ocasión se prestaba para ello, no los hubo en este homenaje.
Perdón si suena a abuso de confianza... chau, Fefe,
Johann

Tacuarembó

Y sí, corolarios míos, los años pasan para todos. Y pasan rápido, bastante más de lo que uno quisiera. Sin ir más lejos, a las 0 hora del día de la fecha, quien esto escribe dobló el codo de los 40, para encarar (con las pocas pilas que a uno le van quedando) la quinta década de vida.

A decir verdad, pensé que iba a ser peor. Me imaginaba un cumpleaños Nº 40 totalmente deprimente, pensando en todo lo que no hice en estos ocho lustros, y el poco tiempo que me va quedando para hacerlo de una buena vez. Suponía que mi único pensamiento iba a ser "la gran siete, ahora empieza la cuesta abajo".

Pero no, por suerte nada de eso ocurrió. No sé, vaya uno a saber por qué, pero es como que siento que aún hay energías de sobra como para seguir dándole duro a la partida. Será porque uno empieza recién ahora a conocer sus propios recursos, y se va dando cuenta que si bien ya no estamos para los 100 metros llanos, bien podemos llegar a la meta en una maratón de 42 km., simplemente por el hecho de saber (no por sabio sino por viejo) cómo administrar las fuerzas sin derrocharlas en corridas inútiles.

Además, me vino bien empezarlo rodeado de gente que quiero y que me quiere. Anoche, luego del concierto que en algún momento les comentaré, nos quedamos comiendo y bebiendo con mis amigos de AlmaVoce, más algunos amigos que llegaron de sorpresa como Graciela y Walter, así que apenas comenzó este 2 de Diciembre, ya me estaban cantando el "Feliz cumpleaños". ¿Hay mejor manera de iniciar el camino que desemboca en el cincuentenario?

Así que bueno, espero no perder este entusiasmo inicial, y que los próximos 40 sean los mejores.
Deséenme suerte,
Johann