La fuente de la alegría
El comentario de mi amiga la Isla en el post anterior tiene su explicación, no se vayan a creer. Al menos una parte del mismo, porque viniendo de la Isla, tampoco podemos andar pidiendo una gran precisión conceptual ni demasiada claridad en las ideas. Y menos que menos, después del evento en sí, que nos afectó a todos en mayor o menor medida, tampoco les voy a andar mintiendo.
Para dejar de lado los prolegómenos, la cuestión fue que el sábado ppdo. hubo Reunión de Corolarios, sobre la cual no avisé aquí en el blog ya que se gestó en menos de 48 horas, vía mensajes de texto, sesiones de chat y/u otros adelantos tecnológicos de notoria expeditividad.
De hecho, no fue la primera reunión de ese tipo que se produjo durante el 2007. Hubo varias, pero ésta fue la más concurrida.
La cita era en una academia de ebrios ubicada en Carlos Calvo y José Mármol, en el porteño barrio de Boedo, famosa por disponer de unas 300 variedades de cerveza, entre artesanales e industriales, tiradas, enlatadas o embotelladas, rubias, negras, marrones, rojizas, mitad y mitad, amargas, con miel, con cerezas, nacionales, importadas, de la casa... en fin, creo que alcanza para explicar el título del post.
¿Quiénes estuvieron? Además de quien escribe, hicieron algo más que acto de presencia el mtro. Marcelo Bruzzo, la Condesa con novio nuevo (las explicaciones pídanselas a ella), la ya mencionada Isla, Lorena (una vieja amiga en común) y la Tía Conis, a quien nombro última porque siempre llega para el postre.
De más está decir que el consumo de alcohol debe haber batido récords al menos sudamericanos, porque además algunos de los asistentes cometieron la insensatez de pedir unas macabras latas holandesas cuya graduación alcohólica trepaba a 11,6% (lo normal en una cerveza es de alrededor de un 4%). Hagan ustedes los cálculos, e imaginen los resultados. No daré nombres, pero hubo quienes debieron ser retirados casi en camilla. Patético, sin duda alguna.
Pero bueno, hay que decir que la reunión estuvo bastante divertida. No era para menos.
Lo único que lamentamos es no haber llevado una miserable cámara de fotos.
Y sí, seguramente se va a repetir. No sé si en el mismo lugar, porque les puedo asegurar que luego de una reunión de este tipo hay que pedir un adelanto del aguinaldo, pero no les quepa duda que todos los asistentes nos quedamos con ganas de seguir escab... digo, disfrutando de un buen momento compartido entre amigos.
Los tendré al tanto, y a quienes quieran asistir a los futuros encuentros corolarios les pediré que me informen cuenta de MSN y/o n° de celular, porque les aseguro que las cosas se organizan de un día para el otro, y a veces en cuestión de horas.
Eso sí, ni se les ocurra venir en ayunas.
Los esperamos,
Johann
Para dejar de lado los prolegómenos, la cuestión fue que el sábado ppdo. hubo Reunión de Corolarios, sobre la cual no avisé aquí en el blog ya que se gestó en menos de 48 horas, vía mensajes de texto, sesiones de chat y/u otros adelantos tecnológicos de notoria expeditividad.
De hecho, no fue la primera reunión de ese tipo que se produjo durante el 2007. Hubo varias, pero ésta fue la más concurrida.
La cita era en una academia de ebrios ubicada en Carlos Calvo y José Mármol, en el porteño barrio de Boedo, famosa por disponer de unas 300 variedades de cerveza, entre artesanales e industriales, tiradas, enlatadas o embotelladas, rubias, negras, marrones, rojizas, mitad y mitad, amargas, con miel, con cerezas, nacionales, importadas, de la casa... en fin, creo que alcanza para explicar el título del post.
¿Quiénes estuvieron? Además de quien escribe, hicieron algo más que acto de presencia el mtro. Marcelo Bruzzo, la Condesa con novio nuevo (las explicaciones pídanselas a ella), la ya mencionada Isla, Lorena (una vieja amiga en común) y la Tía Conis, a quien nombro última porque siempre llega para el postre.
De más está decir que el consumo de alcohol debe haber batido récords al menos sudamericanos, porque además algunos de los asistentes cometieron la insensatez de pedir unas macabras latas holandesas cuya graduación alcohólica trepaba a 11,6% (lo normal en una cerveza es de alrededor de un 4%). Hagan ustedes los cálculos, e imaginen los resultados. No daré nombres, pero hubo quienes debieron ser retirados casi en camilla. Patético, sin duda alguna.
Pero bueno, hay que decir que la reunión estuvo bastante divertida. No era para menos.
Lo único que lamentamos es no haber llevado una miserable cámara de fotos.
Y sí, seguramente se va a repetir. No sé si en el mismo lugar, porque les puedo asegurar que luego de una reunión de este tipo hay que pedir un adelanto del aguinaldo, pero no les quepa duda que todos los asistentes nos quedamos con ganas de seguir escab... digo, disfrutando de un buen momento compartido entre amigos.
Los tendré al tanto, y a quienes quieran asistir a los futuros encuentros corolarios les pediré que me informen cuenta de MSN y/o n° de celular, porque les aseguro que las cosas se organizan de un día para el otro, y a veces en cuestión de horas.
Eso sí, ni se les ocurra venir en ayunas.
Los esperamos,

PD: aprovecho la ocasión para pasar un aviso personal. El próximo sábado 31/3 a las 20:45 hs. se presentará Saravá, la banda que "dirijo", en Paco Bar Club, Juan de Solís 1286, Olivos (frente al río). Hasta es posible que suba a tocar y cantar algunas cosillas, con lo cual la cita es imperdible para quienes están ansiosos por verme pasar un papelón de proporciones históricas.
Etiquetas: Divagues Personales