¿Escepticismo o incredulidad?
Será que uno está tan quemado por las desilusiones de la vida, pero la verdad es que cuando leí la noticia (y las primeras repercusiones), la verdad es que no se me movió un pelo.
La noticia a la que hacía referencia decía más o menos lo siguiente:
"LA CIUDAD DE TRELEW HA SIDO DESIGNADA COMO SEDE DEL NOVENO SIMPOSIO CORAL MUNDIAL, A REALIZARSE EN EL AÑO 2011".
Quizás algunos de ustedes, al leer semejante titular (digno de una placa de Crónica TV como la que acompaña a este post), dirán "Uau, a la final era verdad, somo lo más mejores del mundo".
Lo que yo pensé fue "¿Y qué?".
Vamos a ver. Un simposio de este tipo, generalmente, implica:
* exposiciones de algún director reconocido acerca de sus experiencias.
* talleres teórico-prácticos a cargo de los mismos.
* oportunidad de conocerlos personalmente e intercambiar opiniones.
* conciertos a cargo de alguno/s de ellos, con la participación de coro/s piloto/s.
Todo esto es muy bueno, sin duda. Y habría que agregar el reconocimiento que esta designación implica para la ciudad de Trelew, sede desde hace varios años de uno de los certámenes corales más respetados del globo, destacado por la calidad organizativa, el nivel competitivo, y (dicen que dicen) la transparencia en los fallos de sus jurados, compuestos generalmente por gente de indiscutible trayectoria. Y no deja de ser un reconocimiento para la Argentina, partiendo del hecho comprobable de estar a la cabeza de Sudamérica a nivel coral, al menos cuantitativamente (hasta donde yo sé, en el mismísimo Brasil hay muy pocos coros).
Hasta ahí, todo fantástico. Pero... tengo mis dudas. Y bueno, si no no sería Johann Tenorio.
No es que esté en contra, ni que vaya a boicotear el simposio, ni nada que se le parezca. Es sólo que me pregunto, ¿sirve de algo todo esto?
Por empezar, ¿quiénes van a ir? Obviamente, los mismos de siempre, gente a la que en general admiro y respeto, pero que en algunos casos, a esta altura del partido comienzan a transformarse en "figuretis" de la música coral. Está bien que de acá al 2011 falta bastante tiempo, pero me sorprendería mucho enterarme de que en el evento participaron algunos directores jóvenes que tienen muchísimo talento, pero que en general no aparecen en estos casos.
¿Y los coros? ¿Habrá alguno bueno? Sí, seguro. Y caben las mismas consideraciones que en el punto anterior. A lo mejor tenemos la fortuna de que venga alguno del exterior, pero lo dudo.
Otra cosa. Se suele mencionar, cuando se habla de políticas económicas, de la "teoría del derrame", que remite a la figura de un vaso de agua, que cuando se llena, rebalsa, y lo que sobra, cae obviamente hacia abajo. En este caso, ¿cuál será el derrame? Los que no podamos asistir al simposio, ¿recibiremos algún beneficio del simposio, más allá de las anécdotas que nos cuente el director a su regreso (siempre y cuando haya tenido la fortuna de asistir)? Obviamente que no me refiero a beneficios económicos, sino a posibilidades concretas de crecimiento musical.
Habrá quien diga "y, lo que pasa es que Tenorio está envidioso porque no va a ir". Tal vez haya algo de eso, pero en este caso lo que me preocupa no es que yo no esté ahí, sino que tampoco va a estar el 99% de la comunidad coral argentina. Será cuestión de trabajar para que quienes sí concurran, sean realmente representativos de quienes lo vamos a mirar de afuera, como a esas cosas que nunca se alcanzan. Y que cuando vuelvan, podamos comprobar que han crecido en lo musical y en lo espiritual gracias a la experiencia, y sepan compartirla.
Bueno, qué sé yo, capaz que es sólo otro divague mío, otro razonamiento más fuera del recipiente. Pero en fin, está contemplado en el reglamento interno de este blog. Quien quiera disentir con mi disenso, queda cordialmente invitado a expresarlo en los comentarios que aguardo con ansiedad.
O callen para siempre, jeje,
Johann

"LA CIUDAD DE TRELEW HA SIDO DESIGNADA COMO SEDE DEL NOVENO SIMPOSIO CORAL MUNDIAL, A REALIZARSE EN EL AÑO 2011".
Quizás algunos de ustedes, al leer semejante titular (digno de una placa de Crónica TV como la que acompaña a este post), dirán "Uau, a la final era verdad, somo lo más mejores del mundo".
Lo que yo pensé fue "¿Y qué?".
Vamos a ver. Un simposio de este tipo, generalmente, implica:
* exposiciones de algún director reconocido acerca de sus experiencias.
* talleres teórico-prácticos a cargo de los mismos.
* oportunidad de conocerlos personalmente e intercambiar opiniones.
* conciertos a cargo de alguno/s de ellos, con la participación de coro/s piloto/s.
Todo esto es muy bueno, sin duda. Y habría que agregar el reconocimiento que esta designación implica para la ciudad de Trelew, sede desde hace varios años de uno de los certámenes corales más respetados del globo, destacado por la calidad organizativa, el nivel competitivo, y (dicen que dicen) la transparencia en los fallos de sus jurados, compuestos generalmente por gente de indiscutible trayectoria. Y no deja de ser un reconocimiento para la Argentina, partiendo del hecho comprobable de estar a la cabeza de Sudamérica a nivel coral, al menos cuantitativamente (hasta donde yo sé, en el mismísimo Brasil hay muy pocos coros).
Hasta ahí, todo fantástico. Pero... tengo mis dudas. Y bueno, si no no sería Johann Tenorio.
No es que esté en contra, ni que vaya a boicotear el simposio, ni nada que se le parezca. Es sólo que me pregunto, ¿sirve de algo todo esto?
Por empezar, ¿quiénes van a ir? Obviamente, los mismos de siempre, gente a la que en general admiro y respeto, pero que en algunos casos, a esta altura del partido comienzan a transformarse en "figuretis" de la música coral. Está bien que de acá al 2011 falta bastante tiempo, pero me sorprendería mucho enterarme de que en el evento participaron algunos directores jóvenes que tienen muchísimo talento, pero que en general no aparecen en estos casos.
¿Y los coros? ¿Habrá alguno bueno? Sí, seguro. Y caben las mismas consideraciones que en el punto anterior. A lo mejor tenemos la fortuna de que venga alguno del exterior, pero lo dudo.
Otra cosa. Se suele mencionar, cuando se habla de políticas económicas, de la "teoría del derrame", que remite a la figura de un vaso de agua, que cuando se llena, rebalsa, y lo que sobra, cae obviamente hacia abajo. En este caso, ¿cuál será el derrame? Los que no podamos asistir al simposio, ¿recibiremos algún beneficio del simposio, más allá de las anécdotas que nos cuente el director a su regreso (siempre y cuando haya tenido la fortuna de asistir)? Obviamente que no me refiero a beneficios económicos, sino a posibilidades concretas de crecimiento musical.
Habrá quien diga "y, lo que pasa es que Tenorio está envidioso porque no va a ir". Tal vez haya algo de eso, pero en este caso lo que me preocupa no es que yo no esté ahí, sino que tampoco va a estar el 99% de la comunidad coral argentina. Será cuestión de trabajar para que quienes sí concurran, sean realmente representativos de quienes lo vamos a mirar de afuera, como a esas cosas que nunca se alcanzan. Y que cuando vuelvan, podamos comprobar que han crecido en lo musical y en lo espiritual gracias a la experiencia, y sepan compartirla.
Bueno, qué sé yo, capaz que es sólo otro divague mío, otro razonamiento más fuera del recipiente. Pero en fin, está contemplado en el reglamento interno de este blog. Quien quiera disentir con mi disenso, queda cordialmente invitado a expresarlo en los comentarios que aguardo con ansiedad.
O callen para siempre, jeje,
