Entre maestros

De vez en cuando viene bien agachar un poco el lomo y prestar atención para tratar de observar cómo hacen las cosas los demás. Y en estas ocasiones, alguien como este escriba (que se la pasa criticando a los demás como si se las supiera todas de memoria) se ve en la obligación de reconocer que hay quienes hacen las cosas bien. Y de paso, aprender un poco.

Anteayer, sin ir más lejos, tuve la oportunidad de participar en las Jornadas sobre Dirección Coral desde el Repertorio, que se desarrollaron en la ciudad de La Plata, con la organización de Eduardo "Chino" Correa y Laura Dubinsky (Ediciones GCC).
(Aclaración: en lo sucesivo obviaré el título de "maestro" que debería anteponer a los nombres propios a los que haré mención, simplemente porque todos tienen cuanto menos ese título, y los que no, deberían tenerlo).
Y durante el transcurso de la jornada, los expositores demostraron, en su gran mayoría, que conocen muy bien su oficio.

Ya desde la acreditación, el cuadernillo que nos entregaron con las obras que íbamos a trabajar era de una calidad excelente. Hubo, eso sí, algunos errores en la transcripción de las obras, en cuyos casos los arregladores damnificados tuvieron que hacer un "mea culpa" por no haber hecho una revisión exhaustiva antes de la edición.

El formato de la exposición era simple: 30 minutos por disertante, que en general se respetaron bastante, y que pase el que sigue. En esos 30 minutos, el expositor tenía que conducir a los asistentes como para leer la obra de cabo a rabo (el sueño de todo director, ¡aprender todas las notas en menos de media hora!), y en lo posible guardarse algo de tiempo para comentar algunas características de su trabajo al frente de su/s coro/s. Algunos prefirieron ahorrarse los discursos y demostrar todo en la práctica, o sea, pasar la obra con cierta profundidad y hablar lo menos posible.
Una tanda de 6 expositores, una hora y media de almuerzo, y otra tanda de 6 expositores. Entrega de certificados de asistencia a quienes lo desearan (desde ya que, cholulo como soy en estos casos, ya estoy pensando dónde colgar el mío), y nos vemos en la próxima jornada. Sencillo.

Así que pasaré sin más trámite a relatar algunas características del trabajo de cada director. Quédense tranquilos, que van a tardar mucho menos de media hora en leer cada relato, en otro servicio desinteresado de "Coro Lario".

VIVIAN TABBUSH
"Melodía de arrabal" (tango) - arr. Vivian Tabbush para coro de niños a 2 voces
Arrancó con un ferviente alegato a favor de que los arregladores trabajen sobre la música argentina, y declarando que él prefiere hacer arreglos de fácil llegada a la gente antes que deslumbrarla con armonizaciones de avanzada. Luego se dedicó a la obra en sí, haciendo hincapié en no interpretar las figuras tal como están escritas, sino en respetar lo que el género propone. Ver el post "Lastima bandoneón..." para entender a qué me refiero.

ANNELE MORODER
"Plantita de alhelí" (kaluyo) - arr. Néstor Zadoff para coro mixto a 3 voces
Era la única mujer (ups... ¿qué pasó?) entre los expositores, y como era de esperarse se dedicó a algunos aspectos emotivos de la obra, habiendo previamente aclarado que el género, proveniente del altiplano, tiene como característica el lamento. Fue muy disfrutable, pero sin demasiados detalles para destacar.

RICARDO BARRERA
"Carnavalito del duende" (carnavalito) - arr. Juanjo Cura para coro mixto a 3 voces
No puso gran énfasis en la obra en sí, a la cual le dimos una pasada sin entrar en detalles. Luego se dedicó a comentar su sistema de trabajo con coros de preadolescentes, y principalmente a la problemática del cambio de la voz en esa difícil edad. Tal vez abusó un poco de su sentido del humor, con lo cual por momentos el auditorio se dispersaba un poco.

CARMELO FIORITI
"Ya no sos mi Margarita" (chamarrita) - arr. Carmelo Fioriti para coro de niños a 3 voces
A mi entender el primer impacto fuerte de la jornada. Para empezar, nos hizo poner a todos en la situación de niños que están por aprender una obra, o sea, sin partituras, y apenas con la letra a la vista. Imagínense, todos los presentes eran adultos partituradependientes. De ahí en más, el tratamiento que nos daba era como si realmente fuéramos niños, y la verdad es que daban ganas de volver a la niñez para que nos dirija este desopilante personaje con su voz de ovejita (en serio, parecía un balido, aún cuando cantaba las partes graves).

EDUARDO CORREA
"Para qué" (cueca) - arr. Eduardo Correa para coro mixto a 3 voces
El "Chino", antes de comenzar, también dedicó un buen rato a comentar características y orígenes del género abordado en la obra, complementándolo luego con su aplicación en la interpretación de la misma. Siendo una obra de carácter absolutamente sainetesco ("para qué querís que vaya, si tu vieja no me pasa"), se cae de maduro que el énfasis debe estar puesto en la parte cómica, y tanto se insistió con eso que... se nos acabó el tiempo y la obra quedó a medio leer. Una pena, creo que la mayoría de los presentes se quedó con las ganas de hacerla entera.

WALTER GIMENEZ
"Este el canto de un joven corazón" (canción de amor mapuche) - arr. Rodrigo Dalziel para coro mixto a 4 voces
Siendo la primera obra SATB de la jornada, era lógico que iba a llevar más trabajo que las anteriores, por lo cual Giménez habló poco, sólo repasó brevemente algunas cuestiones de pronunciación mapuche (qué idioma hermoso para cantar, por favor), y dejó que la obra hablase por sí misma. Es posible que haya sido la canción más bella de las que vimos, y si bien la vimos da capo a fine, seguramente muchos habríamos querido seguir profundizando en la interpretación por un buen rato.

Pero bueno, el almuerzo esperaba, y a esa altura, el desayuno era sólo un difuso recuerdo.
Lo bravo se venía después, ya que al regreso, con los ravioles recorriendo el tramo final del esófago y un síndrome agudo de abstinencia de sueño, nos esperaba nada menos que...

ANTONIO RUSSO
"A las 12 de la noche" (villancico) - arr. Antonio Russo para coro de niños o femenino a 3 voces.
El temible maestro de la Baja Calabria (bah, qué sé yo), esta vez, no hizo gala de su proverbial carácter podrido, y eso que muchos -entre los que se incluye este cronista- llegamos tarde por culpa del diluvio que caía en esos momentos sobre la ciudad de las diagonales.
Lo que sí, sepan disculpar aquellos que consideran a Russo como un prócer, debo confesar que fue el único que fue capaz de arrancarme un bostezo. Es verdad que el organismo me estaba reclamando una siesta urgente, pero no menos cierto es que la forma de trabajar de Russo me pareció bastante demodé. Y ni hablar de la obra en sí: los villancicos arreglados por Russo no son precisamente mis favoritos.
Igual, antes que empiecen a llegarme sobres rellenos de ántrax y paquetes firmados por "Unabomber", diga lo que yo diga, los seguidores de Russo se seguirán contando por millares, y muchos de ellos son personajes que yo mismo admiro. Algo habrá hecho.

EDUARDO FERRAUDI
"La estrella azul" (huayno) - arr. Eduardo Ferraudi para coro mixto a 4 voces
Éste era, lo confieso, el momento más esperado por mí. Si había alguien a quien tenía deseos de ver en acción, ése era Ferraudi. Así que trataré de ser lo más objetivo que pueda.
Para mi sorpresa, nos encontramos con un arreglo "fácil" de Ferraudi, con lo cual desde un principio quedó zanjado el tema de la lectura a primera vista. Habida cuenta de que por ese lado no iba a haber problemas serios, Ferraudi pudo dedicarse con cierta libertad a la interpretación de la obra. Y ahí las que sufrieron fueron las sopranos, claro, porque eran las que llevaban la melodía la mayor parte del tiempo.
Y hablando de tiempo, los 30 minutos alcanzaron además para que Ferraudi se explayara brevemente sobre algunas características del huayno, e incluso para que nos explicara las circunstancias en que fue escrita esta canción en particular, y que no detallaré aquí por cuestiones de espacio.

ANGEL DERMAN
"Al son del candombe" (candombe) - original de Angel Derman para coro de niños a 3 voces
No hubo mucho que destacar de la performance de este joven director de apariencia sesentosa, más allá de que la canción me pareció muy linda y muy adecuada para coro de niños, que seguramente deben disfrutar mucho cuando la cantan. Derman aprovechó la ocasión para estimular a los directores de este tipo de coros a componer sus propias obras en lugar de hacer arreglos, experiencia que él describió como muy motivadora.

JAVIER DAMESON
"Yo vengo a ofrecer mi corazón" (aire de chacarera) - arr. Gustavo Felice para coro mixto a 4 voces
Lo primero a lo que hizo referencia Damesón fue la dificultad de trabajar sobre una canción tan conocida e interpretada por artistas tan diversos, por las diferencias que podían surgir en la cabeza de los cantantes acerca de la melodía. Por lo cual, antes que nada, se dedicó a hacer que cantáramos lo que estaba escrito, y no fue nada fácil.
Luego vino el detalle saliente: ¡por fin un director que nos hizo usar el cuerpo! Para lograr un determinado efecto en el acompañamiento, Damesón nos indicó una especie de pasito de baile sobre el cual debíamos cantar las notitas, y sospecho que deba haber dado resultado, salvo con algunos troncos como el que suscribe, para el cual hacer un paso de baile y leer notas al mismo tiempo resulta tan imposible como para algunas conductoras de automóviles manejar y mirar el espejito a la vez. OK, seré machista, pero que me vengan a decir que estoy equivocado.
Bueno, la cuestión es que, luego de todo este arduo trabajo, se pasó la media hora y no llegamos a ver todo el arreglo. Otra vez será.

PABLO CANAVES
"Ese lucerito" (vidalita) - original de Mario Esteban para coro mixto a 4 voces
Si hubo un director que logró dejarme boquiabierto, sin dudas que ése fue Pablo Cánaves. Paso a explicar por qué.
Cánaves argumentó que había recibido la obra con apenas 3 días de antelación (ouch, habrá pensado alguien de la organización), por lo cual su razonamiento fue el siguiente: ¿para qué matarme tratando de analizar en profundidad una obra con tan poco tiempo? En lugar de eso, Cánaves prefirió explorar otra vía: ¡hacer un análisis de la obra a primera vista! ¡Y explicándolo a una audiencia de más de 100 personas en tiempo real!
Les puedo garantizar que fue verdaderamente fascinante escuchar cómo el tipo iba mirando la obra y sacando conclusiones con apenas una leída, descubriendo cuáles eran los lugares críticos de aprendizaje, descubriendo los núcleos rítmicos y la estructura métrica de cada estrofa, etc.
En fin, podría compararlo con una vuelta en la momtaña rusa. La pasé bárbaro, pero si se los cuento les va a parecer aburridísimo.

JAVIER ZENTNER
"Qué de inconvenientes para visitar la Pancha" (polca) - arr. Javier Zentner para coro mixto a 5 voces
También acá hubo un poco de discurso, lo cual era de esperarse teniendo en cuenta la naturaleza de Zentner. Pero fue breve, así que hubo bastante tiempo para trabajar la obra. Además, como era el último, supongo que los organizadores le deben haber obsequiado un par de minutitos de más.
La canción en sí, según la explicación de Zentner, era de uno de los pocos géneros folklóricos de raíz netamente europea, y en este caso, el arreglo estaba pensado para una voz solista con el resto del conjunto vocal imitando el acompañamiento. Por lo cual no había demasiadas dificultades en la lectura, excepto por la velocidad del tempo, ya que los compases pasaban como aviones.
Lo ¿gracioso? fue que NADIE quería hacerse cargo de cantar la parte solista (supuestamente para barítono), lo cual era comprensible porque, teniendo encuenta que el tempo de la obra hacía que ya fuera complicado leer negras... imagínense lo que sería la melodía, que estaba en semicorcheas. Así que la tuvo que cantar el propio Zentner.

Y eso fue todo, amigos. Hubo discurso (corto, a Dios gracias) de no sé qué funcionario de la Provincia de Buenos Aires, y con eso se dio por finalizada la Jornada.

Como balance debo decir que fue una experiencia que disfruté mucho, aún sin ser director. En el caso de los que sí lo eran, calculo que debe haber habido dos posturas preponderantes: la del que iba a observar y aprender de los monstruos que había ahí adelante, y la del que iba con la idea de "¿y este quién se cree que es?". Parece una estupidez, pero siempre hay casos de ésos. Peor para ellos, porque no sólo no aprendieron nada, sino que además se deben haber aburrido de lo lindo.

Bueno, qué más puedo decir. Que se repita,
Johann