El robo del siglo
El título puede sonar simpático, pero la noticia que quiero comentar, en realidad, no tiene nada de simpática. Más bien se trata de una de esas cosas que uno preferiría no ver nunca relacionadas a la música coral que tanto nos esforzamos todos para llevar adelante.
La cuestión es que el Directorio de Coros Argentinos, la que en su momento fue mi página de cabecera para conseguir información acerca de algún coro, y que siempre brindó muchos servicios (totalmente gratuitos, vale aclarar) a la comunidad coral, fue vilmente hurtada a su legítimo dueño, el M° Marcelo Bruzzo.
¿Quién fue el autor del delito? En este caso no hizo falta investigar mucho, ya que todo quedó registrado y el delincuente no tuvo más remedio que confesar. Por supuesto, estamos hablando de Julio Cantarini.
La cosa fue así: el M° Bruzzo omitió hacer el trámite de renovación del registro de la página a nombre suyo en tiempo y forma, alegando que andaba a las corridas entre viajes y conciertos. Cantarini, evidentemente, estaba al acecho: cuando vio que el registro había caducado, inmediatamente y sin consultar con Bruzzo, tomó la iniciativa de registrar la página a nombre suyo, tal como puede verificarse en NIC.ar.
Las explicaciones que ofreció Cantarini fueron patéticas. Que hacía varios días que quería entrar a la página (¿para qué, si él tiene la suya?) y no podía, que averiguó en NIC.ar qué estaba pasando (¿por qué no lo consultó directamente con Bruzzo?), que se enteró que el registro estaba en proceso de baja (¿y?), y que "es un buen nombre, ¿porqué lo voy a dejar de registrar?" (sic).
Esto se podría comparar al siguiente caso: Bruzzo dejó el auto estacionado sin llave, y Cantarini, sabiendo perfectamente que el auto era de Bruzzo, le hizo un cortocircuito en el arranque y se lo llevó lo más campante. Si bien un caso es perfectamente "legal" y el otro se trata de un robo según cualquier legislación del mundo, la situación ética es exactamente la misma.
De más está decir que esto generó el repudio inmediato de toda la comunidad coral, y no puedo dejar de sentir cierto orgullo al mencionar que dos de los tres primeros en reaccionar en tal sentido, y brindando nuestro apoyo incondicional al M° Bruzzo, fuimos dos Corolarios de ley: Sin Vergüenza Ajena y quien esto escribe. Pero más allá de lo que uno sienta, esto es nada más que un detalle nimio.
Ahora, ¿quién se imaginan ustedes que la ligó de rebote? Pues claro, quién si no, Johann Tenorio. Algunos personajes, que no aciertan a comprender la diferencia entre apoyar la postura de una persona y expresar que quienes denuncian dicha postura lo están haciendo en el ámbito incorrecto, aprovecharon la volada para pasar viejas facturas y alguna que otra velada alusión a "quienes osan defenderlo" o que Cantarini "cuenta, para sus lucrativos fines, con la ingenuidad de muchos inocentes defensores de cierto 'comunismo coral' que nadie propone para otros campos de la actividad humana".
En fin... sin palabras. Al menos la próxima vez nómbrenme, así no me quedo haciéndome preguntas estúpidas como "¿estarán hablando de mí o de algún otro?".
Lo divertido fue que hace un rato recibí un mail del propio Cantarini (en respuesta a mi declaración de repudio ante su acto de apropiación fraudulenta, proponiéndome juntarnos en algún bar de Capital para charlar un rato, so pretexto de que "además podrías conocerme y quizá tendrías otra impresión de mi persona".
Julio, te contesto desde acá, y luego lo haré personalmente: no gracias. Como dije en el mail que mandé a las listas de Marcelo y Fiorentino:
"Siempre estuve con la duda acerca de si eras un loco lindo que hacía cosas para el ámbito coral, o un miserable buscando cualquier oportunidad para sacar alguna ventaja del mismo. Lo cual me ha valido que varias personas de notoria infuencia en el panorama coral argentino me coloque en cartelito de 'defensor de Cantarini'. Simplemente, por pretender utilizar el principio de la duda razonable, y que como está estipulado en nuestros códigos legales, todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario.
Con esto, me has disipado toda duda. Y lo que faltaba demostrarse, vos mismo te encargaste de hacerlo."
Próximamente el M° Bruzzo, a quien le reitero mi total solidaridad en esta instancia, nos pondrá al tanto de la nueva dirección web del Directorio de Coros Argentinos. Yo por mi parte ya desactivé el link a la dirección robada, y ya que estoy le pregunto: BruTzo... en confianza... ¿dónde estaciona el auto?
Saludos a todos menos para uno,
Johann
La cuestión es que el Directorio de Coros Argentinos, la que en su momento fue mi página de cabecera para conseguir información acerca de algún coro, y que siempre brindó muchos servicios (totalmente gratuitos, vale aclarar) a la comunidad coral, fue vilmente hurtada a su legítimo dueño, el M° Marcelo Bruzzo.
¿Quién fue el autor del delito? En este caso no hizo falta investigar mucho, ya que todo quedó registrado y el delincuente no tuvo más remedio que confesar. Por supuesto, estamos hablando de Julio Cantarini.
La cosa fue así: el M° Bruzzo omitió hacer el trámite de renovación del registro de la página a nombre suyo en tiempo y forma, alegando que andaba a las corridas entre viajes y conciertos. Cantarini, evidentemente, estaba al acecho: cuando vio que el registro había caducado, inmediatamente y sin consultar con Bruzzo, tomó la iniciativa de registrar la página a nombre suyo, tal como puede verificarse en NIC.ar.
Las explicaciones que ofreció Cantarini fueron patéticas. Que hacía varios días que quería entrar a la página (¿para qué, si él tiene la suya?) y no podía, que averiguó en NIC.ar qué estaba pasando (¿por qué no lo consultó directamente con Bruzzo?), que se enteró que el registro estaba en proceso de baja (¿y?), y que "es un buen nombre, ¿porqué lo voy a dejar de registrar?" (sic).
Esto se podría comparar al siguiente caso: Bruzzo dejó el auto estacionado sin llave, y Cantarini, sabiendo perfectamente que el auto era de Bruzzo, le hizo un cortocircuito en el arranque y se lo llevó lo más campante. Si bien un caso es perfectamente "legal" y el otro se trata de un robo según cualquier legislación del mundo, la situación ética es exactamente la misma.
De más está decir que esto generó el repudio inmediato de toda la comunidad coral, y no puedo dejar de sentir cierto orgullo al mencionar que dos de los tres primeros en reaccionar en tal sentido, y brindando nuestro apoyo incondicional al M° Bruzzo, fuimos dos Corolarios de ley: Sin Vergüenza Ajena y quien esto escribe. Pero más allá de lo que uno sienta, esto es nada más que un detalle nimio.
Ahora, ¿quién se imaginan ustedes que la ligó de rebote? Pues claro, quién si no, Johann Tenorio. Algunos personajes, que no aciertan a comprender la diferencia entre apoyar la postura de una persona y expresar que quienes denuncian dicha postura lo están haciendo en el ámbito incorrecto, aprovecharon la volada para pasar viejas facturas y alguna que otra velada alusión a "quienes osan defenderlo" o que Cantarini "cuenta, para sus lucrativos fines, con la ingenuidad de muchos inocentes defensores de cierto 'comunismo coral' que nadie propone para otros campos de la actividad humana".
En fin... sin palabras. Al menos la próxima vez nómbrenme, así no me quedo haciéndome preguntas estúpidas como "¿estarán hablando de mí o de algún otro?".
Lo divertido fue que hace un rato recibí un mail del propio Cantarini (en respuesta a mi declaración de repudio ante su acto de apropiación fraudulenta, proponiéndome juntarnos en algún bar de Capital para charlar un rato, so pretexto de que "además podrías conocerme y quizá tendrías otra impresión de mi persona".
Julio, te contesto desde acá, y luego lo haré personalmente: no gracias. Como dije en el mail que mandé a las listas de Marcelo y Fiorentino:
"Siempre estuve con la duda acerca de si eras un loco lindo que hacía cosas para el ámbito coral, o un miserable buscando cualquier oportunidad para sacar alguna ventaja del mismo. Lo cual me ha valido que varias personas de notoria infuencia en el panorama coral argentino me coloque en cartelito de 'defensor de Cantarini'. Simplemente, por pretender utilizar el principio de la duda razonable, y que como está estipulado en nuestros códigos legales, todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario.
Con esto, me has disipado toda duda. Y lo que faltaba demostrarse, vos mismo te encargaste de hacerlo."
Próximamente el M° Bruzzo, a quien le reitero mi total solidaridad en esta instancia, nos pondrá al tanto de la nueva dirección web del Directorio de Coros Argentinos. Yo por mi parte ya desactivé el link a la dirección robada, y ya que estoy le pregunto: BruTzo... en confianza... ¿dónde estaciona el auto?
Saludos a todos menos para uno,
Johann
Etiquetas: Comentarios de actualidad coral
3 Comentarios:
No johann con novedades me refería a la página, aparentemente Cantarini inició los trámites de delegación de dominio nuevamente hacia me persona, el mail de nic.ar todavia no lo recibí, por eso estoy usando este nick, no vayan a pensar que seré padre...
No tengo coche, pero si le interesa hay uno re-lindo que suele estacionar en Doblas y Pedro Goyena.
Johann: Como ya te dije en forma privada, sobre tu comentario: Siempre claro y preciso.... te envidio.-
Y agrego, parafraseando un conocido tema de principios de los '70, que hay aves cantoras, y otras "que son como los tordos que buscan empollar en nido ajeno".-
Por otra parte: que triste papel que hace éste tipo cada vez que aparece en las listas.... siempre escondiendo algo bajo el poncho.-
Jorado
Ah bueeeno BruTzo... esta noticia no debería pasar desapercibida... dijiste que Cantariola inició el trámite para devolverte el dominio????
Eso sí que sería bueno... por vos, por todos, digo...
Y ésto más allá de él (je, aunque en un mail público prometí "retirar lo dicho", que lo haría, sé que hay músculos del cuerpo que cuando se dilatan ya nunca vuelven a su lugar, valga la metáfora...), pero sí, sería bueno comprobar que aún cuando parece que todo está perdido, si uno logra decir las palabras justas, las cosas se pueden revertir.
O sea... perdido las pelotas!!!!
Abratzos, abratzos, abratzos
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