Yo adivino el parpadeo...

Y bien, queridos lectores, heme aquí otra vez. Con la frente algo marchita por el sol cuyano, pero firme para seguir comunicándome con ustedes a través de "Coro Lario".
He pasado un días muy lindos en la hermosa provincia de Mendoza, y he traído desde allí algunos nuevos conocimientos (sí, también traje algo de vino) para engrosar el escaso bagaje que ando arrastrando.
Por ejemplo, me enteré que Antonio Esteban Agüero, autor de la hermosa poesía que muchos de ustedes habrán cantado con el título de "Digo la mazamorra", es oriundo de la localidad de Villa Merlo, en la provincia de San Luis.
Me enteré que en Mendoza se está presentando un espectáculo musical (como los de Cibrián, pero con canciones de época) llamado "El Sueño del General", basado en la vida de José de San Martín. El espectáculo tiene libreto y arreglos de Leandro Baldivieso, arreglos musicales de Mario Matar y corales de Javier Rodríguez, ya lleva 30 representaciones en aquellos pagos, y están esperando que alguien haga de mecenas para poder traerlo aquí a Buenos Aires. Por ahora no es fácil ya que no sólo hay que mover músicos, sino toda una troupe artística y toda la parafernalia de sonido, luces, escenario, vestuario, etc. Pero, quién te dice, a lo mejor alguien que conoce a alguien que conoce a alguien, está leyendo este blog en este mismo instante, y se le ocurren ideas... en ese caso, avísenme que yo les paso el dato. Dicen que el espectáculo realmente vale la pena.
Hasta aprendí a jugar al backgammon, ¿qué me dicen?
Pero lo más importante es que aprendí a descorchar una botella de "vino espumoso", como le dicen ahora al champagne por motivos legales que me importan un bledo, sin romperme los dedos y sin usar ningún utensilio. ¿Cómo se hace? Ah, queridos, vayan ustedes también a Mendoza y allí lo averiguarán.

Sí, ya sé, todo esto a ustedes no le interesa en lo más mínimo. Ustedes sólo quieren saber quién ha sido el ganador del concurso que organicé para ver quién era el visitante nº 1.000 de "Coro Lario". Pues bien, la afortunada ha sido (quién si no) La Condesa Sangrienta, que me ha enviado un mail adjuntando el dichoso numerito, que verán por aquí mismo al costado. Espero que la Condesa no esté pensando en incluirme en el menú. Por lo que cuentan, sus antecedentes no me dejan para nada tranquilo.

Eso sí. Con excepción de la lectora Susy Lencio, que dejó un comment en el post anterior, NADIE fue capaz de enviar un mísero mail, o dejar un comment de unas pocas líneas, o mandarme una paloma mensajera a Mendoza, con algún comentario sobre algún concierto que haya visto, o algún programa de radio que haya escuchado, o cualquier cosa que esté referida al panorama coral. Nadie. Realmente, una vergüenza. Y yo que me mato por acercarles lo poco que sé acerca del tema. Y así me pagan.
Ya van a venir pidiendo que organice otro concurso con el visitante 2.000, o el 10.000, o el 1.000.000. Se pueden considerar más que dichosos si les mando una foto digital de un vale de almuerzo, para ver si se lo pueden pasar a algún mozo miope.
Así van a aprender,
Johann