, o hacé click 
¿Aplausos o palmas?
Hace un rato, la Tía Coni (que luego de mucho regateo, soltó prenda y confesó su tierna edad, dato que me reservo porque no deseo morir ahorcado con el cable del mouse) dejó un comment en el post anterior. Y me pareció interesante darle un poco de manija, porque es un tema sobre el cual posiblemente muchos tengan una opinión, y muchos otros jamás se hayan puesto a pensar en el tema, pero seguramente les va a hacer sonar una campanilla en medio de las meninges.
Si no entiendo mal lo que Coni propone, es lo siguiente.
¿Qué tipo de repertorio es mejor, uno dedicado a poner en relieve la capacidad técnica del coro, o uno integrado por "hits", de esos que hacen que el público se levante haciendo palmas?
Cualquiera de ustedes (o sea todos) que haya escuchado un concierto coral, habrán notado que gran parte de los coros se inclina por una de estas corrientes, aunque hay otros que optan por el camino del medio: arrancan el concierto con Palestrina, después va el "Ave Verum" de Mozart, el "Locus Iste" de Bruckner o algo en esa tesitura, algo de Romanticismo alemán, un negro spiritual y después meta zamba y chacarera.
En mi caso particular, yo estoy participando de momento en dos coros. Uno hace música estrictamente "académica", con preeminencia de música del siglo XX, mientras que el otro se dedica con exclusividad a la música popular latinoamericana. Y mi opinión, si algo vale, es que el repertorio de un coro debe permitirle el lucimiento musical, independientemente del repertorio que aborde. Da lo mismo si hace motetes de Poulenc o arreglos de Peteco Carabajal: si el objetivo del coro (y su director) es simplemente que el público haga palmas, no me transmite absolutamente nada.
Claro, la pregunta sería ¿y qué hago si quiero cantar música popular y satisfacer los exigentes oídos de Johann Tenorio al mismo tiempo? ¿Tengo que cantar una cueca como si fuera una obra sacra? (he escuchado coros haciendo exactamente eso, lo juro).
Y mi respuesta es que la música popular no se mide con los mismos parámetros que la música "clásica". A ningún coro le voy a pedir que cante el "Sicut Cervus" de Palestrina o el "Abschied von Walde" de Brahms con la misma emotividad que un tango, ya que obviamente no nos provoca lo mismo ni como cantantes ni como oyentes. Pero no puedo dejar de pedirle, a quien canta "Como pájaros en el aire", que me haga sentir que está hablando de su madre, caramba.
Eso sí, tanto en uno como en otro caso, siempre es bueno que las obras salgan afinadas, como primera medida.
Bueno, Johann, cállese y deje opinar a la gente, ¿quiere?
Quedo al aguardo de sus comentarios,
Johann
Si no entiendo mal lo que Coni propone, es lo siguiente.
¿Qué tipo de repertorio es mejor, uno dedicado a poner en relieve la capacidad técnica del coro, o uno integrado por "hits", de esos que hacen que el público se levante haciendo palmas?
Cualquiera de ustedes (o sea todos) que haya escuchado un concierto coral, habrán notado que gran parte de los coros se inclina por una de estas corrientes, aunque hay otros que optan por el camino del medio: arrancan el concierto con Palestrina, después va el "Ave Verum" de Mozart, el "Locus Iste" de Bruckner o algo en esa tesitura, algo de Romanticismo alemán, un negro spiritual y después meta zamba y chacarera.
En mi caso particular, yo estoy participando de momento en dos coros. Uno hace música estrictamente "académica", con preeminencia de música del siglo XX, mientras que el otro se dedica con exclusividad a la música popular latinoamericana. Y mi opinión, si algo vale, es que el repertorio de un coro debe permitirle el lucimiento musical, independientemente del repertorio que aborde. Da lo mismo si hace motetes de Poulenc o arreglos de Peteco Carabajal: si el objetivo del coro (y su director) es simplemente que el público haga palmas, no me transmite absolutamente nada.
Claro, la pregunta sería ¿y qué hago si quiero cantar música popular y satisfacer los exigentes oídos de Johann Tenorio al mismo tiempo? ¿Tengo que cantar una cueca como si fuera una obra sacra? (he escuchado coros haciendo exactamente eso, lo juro).
Y mi respuesta es que la música popular no se mide con los mismos parámetros que la música "clásica". A ningún coro le voy a pedir que cante el "Sicut Cervus" de Palestrina o el "Abschied von Walde" de Brahms con la misma emotividad que un tango, ya que obviamente no nos provoca lo mismo ni como cantantes ni como oyentes. Pero no puedo dejar de pedirle, a quien canta "Como pájaros en el aire", que me haga sentir que está hablando de su madre, caramba.
Eso sí, tanto en uno como en otro caso, siempre es bueno que las obras salgan afinadas, como primera medida.
Bueno, Johann, cállese y deje opinar a la gente, ¿quiere?
Quedo al aguardo de sus comentarios,
Johann
Publicado por Johann Tenorio | 23:55
5 Comentarios:
Muy señor mío, quizás me he expresado incorrectamente, voy a tomar una analogía futbolística para explicarme dado nuestro fanatismo compartido: si River gana marcando, defendiendo y haciendo un gol de penal, técnicamente bien pero en el alma te queda un vacío, se aplaude? Ahora, si pierde 4 a 1 pero el equipo entrega el alma, como ha pasado, jugando bonito, si Mascherano corre a todos, si el Muñeco corre desde la mitad de la cancha gambeteando a medio equipo para gritar el gol del honor, no se levanta uno con lágrimas en los ojos y las manos coloradas de aplaudirlos? No depende quizás de que sea una chacarera o algo de Brahms, nosotros cantamos Fiesta de Serrat, después Ombra mai fu, y después Balada para un Loco (3 estilos completamente diferentes) y hemos visto llorar a la gente en la primera fila, eso es increíble! Porque sabés que el público va a aplaudir igual, para algo fue, pero es ahi donde está la diferencia, si la emoción que uno pone al cantar llega a la gente... por lo menos así lo veo yo jeje
Ajá. Pero me pregunto: ¿qué hago con un coro como el "Música Prohibita", que cantan polifonía sacra del Renacimiento, donde no hay mucho sentimiento para expresar, pero el coro suena tan bien que te llega al alma igual?
Y no me hable de Mascherano, que se me pianta un lagrimón,
Johann
El comentario de la Tía Coni ha calado hondo en mi corazón blanquirrojo... pero no derivemos en esos asuntos futbolísticos. Supongo que uno nota la carga emotiva que se pone en las obras, y se agradece cuando se hacen, además de la técnica, el buen sonido, el buen gusto, con algo de pasión. No podría hablar de cuánto de una o de la otra, dependerá del grupo, del director, de la obra, del público, del momento... Particularmente como coreuta no me niego a hacer ninguna obra, pero si no me despierta algún sentimiento me cuesta interpretarla... Recuerdo un concierto en el que el grupo estaba bastante devaluado en cuanto a cantidad de integrantes, y nos tocó hacer un repertorio no muy popular después de un coro absolutamente festivalero... reconozco que cantamos totalmente resignados a recibir fríos aplausos de compromiso, pero nos llevamos la sorpresa de que habíamos logrado llegar al público y nos llevamos aplausos más que cálidos... Un beso para todos...
Coincido con Noris en que es muy dificil cantar algo que no se siente, uno debería actuar también para aprender a hacerlo! habiendo abandonado un coro por este motivo -según palabras del director: "si no te gusta el repertorio te vas" jeje, me fuí- por eso que planteé el tema... y con respeto a lo que decía Johann, obviamente cada coro elige o genera su propio estilo, simplemente como oyente comentaba que a veces el público en general, no especializado, no capta tanto la destreza técnica como la emoción -y que conste que a mi no me emociona para nada una zamba jeje-. En fin, saludos!
Es cierto lo que dice Coni.
Así como hay coros y coros, también hay públicos y públicos, y no siempre una misma obra, cantada con la misma emotividad, provoca el mismo efecto en la gente.
Pero bueno, la teoría de manejo de masas la desarrollaré en otro post.
Johann
Publicar un comentario
<< Home