Be my Valentine!

Bueno, a ver. Hay que hacer algo en este blog, porque lo demás viene medio frío. A saber: no hay muchos comentarios, no hay muchos postulantes para la "Cena de Corolarios 2" (para peor, la Tía Conis, con quien vengo chateando mientras escribo estas líneas, se nos va pa' Gesell unos 10 días), los amigos se me hacen los ofendidos cuando les va bien, y ya ni siquiera Rita Stein me busca pelea.
Así que vamos a empezar a sacudir un poco la modorra de esta página, antes de que empiece a emparejarle el rating a América TV.

Tema del día (obvio): el Día de los Enamorados. Una ocasión especial para fabricantes de bombones, cultivadores de rosas, diseñadores de tarjetas flash, propietarios de restaurantes y otros rubros de similar relevancia para la reactivación nacional. Todos ellos harán su agosto en pleno febrero, y eso que el aguinaldo es apenas un triste recuerdo consumido por los regalitos navideños y el impuesto a las ganancias.

Pero bueno, no todo es consumismo en esta vida. También hay algunos afortunados que se encuentran atravesando ese estado nirvánico que está a medio camino entre la soltería y el matrimonio, conocido como noviazgo (bah, a algunos este nombre tampoco les gusta mucho, pero lo utilizaremos por una cuestión de protocolo). Dichos dichosos congéneres deben andar por estos momentos compartiendo un momento de ternura, mirándose con unas caritas de enamorado que ya las envidiaría Woody Allen cuando tiene que poner sus típicas caras de b...ueno, ustedes me entienden.

Y cómo no entenderlo, si alguna vez uno mismo ha vivido esa experiencia. De hecho, hasta he tenido la suerte de tener al 14 de febrero como fecha de aniversario, y hoy estaría cumpliendo años de novio si no fuera porque... ya no estoy de novio. O sea, que si dicen que San Valentín es el protector de los enamorados, en mi caso (y en el de mi pobre ex-novia, que me soportó estoicamente durante casi dos años y medio) se ve que andaba ocupado en otros menesteres.
Pero en fin, fue lindo mientras duró, como decía un amigo. Así que no hay mucho de qué quejarse, al menos de mi parte.

Entonces, dedicaremos este breve post (en comparación con lo que vengo escribiendo, es bastante escueto) a quienes hoy están celebrando el simple hecho de tener a alguien con quien compartir al menos una ilusión. Y particularmente a dos de ellos, dos que se conocieron a través de un weblog que supuestamente se dedica a hablar sobre música coral, dos que justamente comparten esta misma pasión que nos ha unido a todos los que hacemos "Coro Lario" y la están tratando de llevar un poquito más allá. Ustedes saben a quiénes me refiero, y ellos también.
Y también quisiera dedicárselo a alguien a quien no he visto muy bien en los últimos días, alguien que me da la impresión que hasta no hace mucho tiempo estaba disfrutando de algo que parecen haberle quitado. Si me equivoco mejor, pero si no... aguante, maestro, que este va a ser nuestro año.

Y qué tanto, ¡feliz día de los enamorados para todos los que estamos enamorados de la música, también! ¿O es que acaso eso no cuenta?

Un amoroso besito para todos,
Johann