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Carta abierta a alguien que no va a leerla
Querido "amenazador":
si sos aquel que no quiso saludarme al finalizar nuestro concierto de hoy, debo decirte que lograste tu objetivo. No sólo supiste engañarme en cuanto a quien pensé que eras, sino que realmente me clavaste un puñal por la espalda. Por una sola razón: jamás pensé que alguien a quien admiro tanto pudiera ser capaz de tenerme tanta bronca.
Te lo digo de verdad, si sos tan inteligente como yo creo, estoy seguro de que te darás cuenta de que estamos en la misma vereda, al menos en lo que se refiere a música. Sin duda que yo estoy unos cuantos kilómetros atrás, pero el camino que seguimos es el mismo.
Por eso, es más que evidente que tu bronca hacia mí no tiene nada que ver con algo que yo haya escrito aquí en el blog. Hay algo que llegó a tus oídos por medio de terceros, algo que no tengo idea de qué se trata, pero que sin duda cuando llegó a vos, llegó absolutamente distorsionado. Siempre y cuando, claro, no se trate de una mentira lisa y llana.
JAMÁS hablé mal de vos. JAMÁS. Ni tampoco de tu esposa, a quien tengo apenas un escalón por debajo tuyo en mi escala de admiración. Y te voy a explicar por qué estoy tan seguro de no haber hablado mal de ustedes: simplemente, porque jamás hablo de mis compañeros de coro. Ni bien ni mal. Los pocos comentarios que he hecho sobre compañeros fueron resaltando alguna virtud.
No podría decir lo mismo de vos, a quien escuché (te vas a acordar muy bien porque estabas sentado al lado mío) hablar bastante mal de sus ex-compañeros de cuerda, sin estar ellos presentes, luego de un concierto al que asististe como espectador de lujo. Era una larga mesa, hacía mucho calor y corrió bastante cerveza, lo que tal vez aflojó algunas lenguas, y podés dar fe de que la mía no fue una de ellas, sino más bien todo lo contrario.
Pero eso ya no importa, no viene al caso. Lo que sí me interesa es que sepas que, sea lo que sea que haya llegado a tus oídos, te asesores bien antes de pensar mal. No hace falta que te aclare que, cuando las noticias te llegan por medio de terceros, siempre existe la posibilidad de que no sean del todo ciertas, o de que no lo sean en absoluto. Y en este caso, podés estar completamente seguro de que se dió uno de esos dos casos.
Nunca fuimos amigos, y ya nunca podremos serlo después de esto. Pero quería que sepas que aún así te admiro mucho, y que tendrías que ser vos quien tiene un weblog como éste, ya que no sólo tenés enormes conocimientos sobre música, sino también un talento indiscutible.
Ahora ya sabemos quién es quién. Habiendo quedado de lado el factor anonimato, no encuentro un maldito motivo para que no me envíes un mail explicándome qué fue lo que hizo que me tomes tanto odio, porque si es por un motivo justificado, voy a ser el primero en pedirte las disculpas correspondientes.
Te mando un abrazo,
Johann
si sos aquel que no quiso saludarme al finalizar nuestro concierto de hoy, debo decirte que lograste tu objetivo. No sólo supiste engañarme en cuanto a quien pensé que eras, sino que realmente me clavaste un puñal por la espalda. Por una sola razón: jamás pensé que alguien a quien admiro tanto pudiera ser capaz de tenerme tanta bronca.
Te lo digo de verdad, si sos tan inteligente como yo creo, estoy seguro de que te darás cuenta de que estamos en la misma vereda, al menos en lo que se refiere a música. Sin duda que yo estoy unos cuantos kilómetros atrás, pero el camino que seguimos es el mismo.
Por eso, es más que evidente que tu bronca hacia mí no tiene nada que ver con algo que yo haya escrito aquí en el blog. Hay algo que llegó a tus oídos por medio de terceros, algo que no tengo idea de qué se trata, pero que sin duda cuando llegó a vos, llegó absolutamente distorsionado. Siempre y cuando, claro, no se trate de una mentira lisa y llana.
JAMÁS hablé mal de vos. JAMÁS. Ni tampoco de tu esposa, a quien tengo apenas un escalón por debajo tuyo en mi escala de admiración. Y te voy a explicar por qué estoy tan seguro de no haber hablado mal de ustedes: simplemente, porque jamás hablo de mis compañeros de coro. Ni bien ni mal. Los pocos comentarios que he hecho sobre compañeros fueron resaltando alguna virtud.
No podría decir lo mismo de vos, a quien escuché (te vas a acordar muy bien porque estabas sentado al lado mío) hablar bastante mal de sus ex-compañeros de cuerda, sin estar ellos presentes, luego de un concierto al que asististe como espectador de lujo. Era una larga mesa, hacía mucho calor y corrió bastante cerveza, lo que tal vez aflojó algunas lenguas, y podés dar fe de que la mía no fue una de ellas, sino más bien todo lo contrario.
Pero eso ya no importa, no viene al caso. Lo que sí me interesa es que sepas que, sea lo que sea que haya llegado a tus oídos, te asesores bien antes de pensar mal. No hace falta que te aclare que, cuando las noticias te llegan por medio de terceros, siempre existe la posibilidad de que no sean del todo ciertas, o de que no lo sean en absoluto. Y en este caso, podés estar completamente seguro de que se dió uno de esos dos casos.
Nunca fuimos amigos, y ya nunca podremos serlo después de esto. Pero quería que sepas que aún así te admiro mucho, y que tendrías que ser vos quien tiene un weblog como éste, ya que no sólo tenés enormes conocimientos sobre música, sino también un talento indiscutible.
Ahora ya sabemos quién es quién. Habiendo quedado de lado el factor anonimato, no encuentro un maldito motivo para que no me envíes un mail explicándome qué fue lo que hizo que me tomes tanto odio, porque si es por un motivo justificado, voy a ser el primero en pedirte las disculpas correspondientes.
Te mando un abrazo,
JohannPublicado por Johann Tenorio | 22:01
5 Comentarios:
...y nosotros, los plebeyos que asistimos a este sainete sin comerla ni beberla... seguiremos sin enterarnos de quien es el Sr. Amenazador Anónimo?? :(
O habrá un concurso con tres nombres opcionales, y el que acierte gana una cena??
Saludos. Rita
Hace falta eso Tenorio?Dejelo que se ahogue en su propio veneno.Por lo visto es alguien que tiene el tupe de exigir respeto hacia otros(y de mal modo)lo que el evidentemente no hace,ademas de ser un cobarde,por no hablarlo de frente.Son muchos los que hablan de etica pero son los primeros en cagarse en ella.(Eso si,mi viejo,espero que no se equivoque de persona porque vamos a ser dos los que vamos a tener que pedir disculpas,je..).Saludos
Disculpen, debí haberlo avisado al principio del post. Es un tema personal que atenta directamente contra mi permanencia en uno de los coros que tengo el honor de integrar. Y ya que los prímeros síntomas de un problema serio se manifestaron aquí en el blog, tomé la decisión de comenzar a pelear por solucionar estos problemas desde el mismo terreno.
Les agradezco el apoyo, como siempre, pero esta pelea la tengo que enfrentar solo.
Y les confieso que, si bien hasta hace 24 horas estaba seguro de quién era el de las amenazas, ahora ya no tengo idea, ni me interesa saberlo.
Un abrazo y gracias,
Johann
No decaiga mi amigo, dejemos de lado al amenazador, que supongo que tendrá alguna charla personal como corresponde, y cuente como estuvo el concierto al cual no pude asistir debido a una gran falla en mi calculo monetario, falla de la cual me estoy recuperando.
Un abrazo
Marcelo
Marcelo, por Dios... no me digas que no viniste porque te quedaste sin cambio. Me hubieras avisado, así hacíamos una vaquita entre los lectores. Y de última... camisa gris clarito, pantalón negro, una carpeta en la mano, y en la entrada preguntás dónde está ensayando el coro.
Ahora en serio, la próxima vez avisame, así buscamos la forma de que no te pierdas el concierto. Que estuvo bastante lindo, sólo estoy esperando que me envíen las fotos para publicar mis impresiones.
Un abrazo,
Johann
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