El terror está de regreso

Así es, estimadísima audiencia, aquí estamos de vuelta en línea. Reinauguramos este blog luego del intempestivo paréntesis de 6 días iniciado con la trifulca del domingo pasado. Gracias a Dios (pero sobre todo, gracias a ustedes), la cólera se ha disipado bastante, así que es buen momento para retomar nuestros contactos.

Así que entonces, ¿de qué podemos hablar? Uf, hay unos cuantos temas pendientes, que pasaré a enumerar:
1) mi mudanza y sus pormenores
2) el concierto del Coro Molto Allegro y el Alberto Ginastera de Morón en la Catedral de San Martín
3) el concierto de Zahir y el Música Prohibita en el Congreso Nacional
4) el concierto del coro Vox Animae y el del Centro Cultural UCA en la iglesia Santísimo Sacramento
5) los vaivenes meteorológicos en Capital y Gran Buenos Aires
6) las elecciones que se avecinan (en menos de 8 horas abren las mesas)

Siendo que ni el 1º punto ni los 2 últimos son pertinentes en este weblog, pasaré entonces... a prometerles que el próximo post estará dedicado a contarles los sucesos de índole coral que he vivido en tan sólo 5 días (del domingo pasado al viernes).
Bueno, sepan disculpar, estoy medio agotado luego de tanto ajetreo. Sigan mi consejo, no se muden. El hombre no ha sido creado para la vida nómade, a no ser que no tenga la cantidad de cosas que tenía yo para trasladar. Y todavía falta bastante.

Ah, eso sí, la que está contentísima con todo esto es mi pobre computadora. Gracias a la mudanza, se ha visto favorecida con un una buena lavada de cara, que la ha dejado rejuvenecida cual Manuelita en la tintorería parisina. Hasta los parlantitos que flanquean mi monitor lucen relucientes su tono perlado original. Y por si esto fuera poco, le adosé un equipo de audio que, si bien no le anda el reproductor de CDs, suena mucho mejor que el anterior.
Los dejo, la almohada me llama a gritos,
Johann