El weblog de Johann Tenorio, Buenos Aires, Argentina
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sábado, julio 30, 2005

Dos estilos, un mismo objetivo

A veces es bueno dejar de lado por un momento los escrúpulos musicales y prestarle atención a algunos factores que, aunque no se enseñan en los conservatorios, también forman parte de eso que damos en llamar "música".
Me refiero a algo tan importante como lo es el hecho de disfrutar de lo que se hace, aunque tal vez uno sea conciente de sus limitaciones musicales (que las tenemos todos, hasta los más eruditos, de los cuales por suerte no formo parte).
Y hago esta salvedad porque algo así fue el balance que me quedó luego de haber asistido al encuentro coral que se llevó a cabo en la Iglesia Metodista de Martínez, sobre el cual informé en el post "Finde movidito" (el primero que mencioné).

Los anfitriones del Grupo Vocal AlmaVoce fueron los que abrieron el espectáculo, dirigidos por la muy querible Betty Rodríguez (por momentos me dio la impresión de ser como una "mamá coral" rodeada de sus traviesos críos). AlmaVoce hace música popular latinoamericana con un estilo muy cuidado, como todos los proyectos de "Mamá Betty". Su interpretación de zambas, chacareras, valses peruanos, boleros y otras yerbas, se centra fundamentalmente en la expresividad. Así, nos da el placer de escuchar cosas tan bellas como esa huella maravillosa llamada "Tarde en Laprida", una joyita compuesta por el "Chino" Correa específicamente para cuatro voces, y que parece hecha a la medida para AlmaVoce, que la cantó con un un sentimiento tan notorio que casi me lleva a las lágrimas. Son también muy bonitas sus versiones de "Zamba del Carnaval" (Cuchi Leguizamón) y "La flor de la canela" (Chabuca Granda), aunque debo aclarar que todo su repertorio es muy parejito, y no quiero dejar de mencionar que los arreglos son de lo mejorcito que he escuchado en los últimos tiempos.
Y yendo a los detalles técnicos, AlmaVoce tiene varios elementos para destacar: lindas voces, muy buena afinación, equilibrio vocal, aceptable sentido rítmico (tal vez el detalle más flojito, sin llegar a ser un defecto), matices que se adaptan perfectamente a los requerimientos de la poesía... bueno, para qué seguir, AlmaVoce me gustó mucho. Ténganlo muy en cuenta, este grupo tiene un techo muy, pero muy alto.

El Coro Americanto, con la batuta y la guitarra del multidirector Fernando Martorell (cada dos por tres me encuentro con alguna gacetilla de un concierto de un coro diferente, todos dirigidos por él), es otra cosa. A este coro no le pidan sutilezas: el fuerte de Americanto, valga la redundancia, es la fuerza. Con un repertorio también popular, Americanto plantó bandera desde el primer tema, como dispuestos a tomar el escenario a sangre y fuego. Y así fue la tónica durante toda su actuación, dándole duro a las cuerdas vocales cuando la ocasión lo requería y, aunque demostraron ser capaces de ejecutar buenos "pianissimos", a veces también cuando no lo requería. Además, no se les escuchó ninguna pifiada rítmica, dejando bien en claro que, por ese costado, a Americanto no hay por dónde entrarle.
Lástima que este coro tiene dos detallecitos de esos que no me gustan en ningún coro. Primero, que hacen algunos temas con guitarra, cosa que ya he dejado claro que no me causa ningún placer, y menos todavía cuando la guitarra no está del todo afinada (¡qué vergüenza, Fernando!). Y segundo, que en el grupo hay dos "tenoras". No soy muy partidario de poner mujeres en el registro de tenor, ya que jamás se las escucha entre sus compañeros varones. Y si en un coro hay una cuerda de contraltos no demasiado poderosa, siempre es preferible reforzarla con alguna de esas bellas damas que cantan con voz de caballero. En el caso de Americanto, esto quedó muy claro cuando cantaron "A usted" (Joan Manuel Serrat): cuando la melodía pasaba por las contraltos... desaparecía, como un susurro en medio de la barra brava de Boca gritando un gol.

Como acostumbrada síntesis, redondeo la idea que presenté en la introducción. En ambos grupos, si algo se notó, fue que disfrutaban, en la misma medida, de lo que estaban cantando. Tal vez AlmaVoce me gustó algo más que Americanto, pero esto no significa que este último no tenga también innegables virtudes.

Así que, por favor, no se enojen: es simplemente la opinión de

Johann