El weblog de Johann Tenorio, Buenos Aires, Argentina
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jueves, septiembre 07, 2006

48 horas inolvidables (parte 2)

Por dónde iba... ah sí, ya me acuerdo. Taller de Beatriz Corona, día 2.
Bueno, lo habitual, me levanté, me bañé, me lavé los dientes, desayuné y me fui para el Salón Rivadavia, a ver si podíamos levantar un poco la triste imagen que habíamos dejado en la víspera a los ojos de Beatriz, y por qué no, a nuestras propias conciencias musicales.

Hagan click sobre la foto para abrir el slide donde están todas las fotosLa cosa, al menos para mí, no empezó bien. Teniendo en cuenta que no vocalizábamos sino que íbamos directamente a las obras, y posiblemente debido al endemoniado frío olavarriense... no podía cantar una nota. Para peor, una de las primeras obras que hicimos fue el "Agnus Dei" de la misa, que implicaba extraer las notas más altas de nuestras escarchadas cuerdas vocales.
Por suerte, luego de fervientes súplicas a San Enrico y San Beniamino, de a poco fui recobrando el dominio del aparato de fonación, y pude empezar a cantar como la situación lo ameritaba. Justo a tiempo, debo decir, porque ahí fue cuando empezaron a pasar cosas importantes.

Llegando al fin de la sesión, Beatriz se levantó por un rato del piano y se dedicó a dirigir de pie. Nos pidió ¡por fin! que nos mezcláramos, y encaramos la interpretación de "De La Habana ha venido un barco...".
Y acá me voy a dedicar por un momento a la libre interpretación. Supongo que debe haber sido por una conjunción de factores (el enorme trabajo realizado en el aprendizaje de las obras, el hecho de estar cantándolas delante de la mismísima autora, el clima de camaradería que se había generado, y por qué no, la propia belleza de la canción), hicieron que a varios de los presentes se nos llenaran los ojos de lágrimas. Es una sensación terrible y hermosa a la vez la de tratar de cantar mientras sentimos que estamos tratando de tragar una papa entera, y les puedo garantizar que eso fue lo que nos pasó a muchos de los participantes.
Como cierre de la sesión matutina, nos dedicamos a cantar "Cayendo está la luna...", y de más está decir que la bellísima poesía del Chino Correa combinada con la muy apropiada música de Beatriz, no contribuyeron en nada para tratar de alivianar la situación. Muy por el contrario, a mí me resultó casi imposible cantar de la emoción. Joder, no sabía que era un tipo tan sensible.

De ahí nos fuimos a almorzar. La propuesta era más que tentadora: una "hamburgueseada" en la Escuela de Música de Olavarría. Cuando llegamos allá, todavía había unos cuantos pares de ojos rojos y narices al tono.
Impertérrita ante este detalle, Beatriz se dirigió al piano más cercano y se pasó un buen rato haciendo lo que para ella sería un ejercicio de digitación, pero para los presentes era como estar asistiendo a un concierto en el Valhalla. Así hasta que nos llamaron a comer.
Como postre, el "Tata" Figueroa también hizo gala de sus dotes pianísticas y nos deleitó a pura zamba, gato, chacarera y tango.

Se venía la última sesión, y ya no había tiempo para chistes. Había que terminar de una buena vez con el repertorio, y especialmente con la entreverada "Gaviota Errante". Ya a esa altura estábamos bastante afilados, y por fin le dimos término al aprendizaje a la "Gaviota", a la misa y demás obras.
El cierre del taller, obviamente fue cantando todo el material da capo a fine, y terminando con una impresionante ovación (no menos de un minuto de aplausos) para la maestra cubana que nos hizo sumergir durante dos días inolvidables, en su embriagador océano de música.

Sólo me queda comentar que el viaje de regreso fue una deliciosa experiencia compartida con Karina Buralli (de quien olvidaba comentar que se hizo cargo brillantemente de la parte solista de "De La Habana..."), Beatriz y quien esto escribe, escuchando de fondo el CD del Grupo Coral Sonamos y tomando los mates que yo cebaba, para espanto de la pobre Beatriz que no podía entender cómo los argentinos tenemos podíamos tener predilección por una infusión tan aborrecible. Bueno che, que no cebo tan mal.

Para la semana que viene les prometo (y sí, bánquensela) una pequeña semblanza acerca de Beatriz Corona y una especie de "reportaje virtual". Ya van a entender a qué me refiero.

Dos palabritas para el cierre, y me despido...
¡GRACIAS, BEATRIZ!

Johann

3 Comentarios:

Blogger Daniel Caserta dijo...

Veo que nuevamente LA MARAVILLA ha invadido nuestras pampas!!

Lamento que este evento haya sido tan lejos de aquí, y lamento no haber podido participar, así que vamos Johann, cuente más!!!

Ah, las fotos no salen, eh?

Abrazo modusponemse

7/9/06 14:53  
Anonymous Anónimo dijo...

Pero y la rep... justo ahora el maldito Photobucket me viene a fallar.
No saben lo lindo que se veía el slide, y encima ahora se podía hacer click en las fotos para ampliarlas. Y no anda. Será de Dios.
Bueno, veré como lo arreglo. Y ya mismo me pongo a escribir.
Allá voy,
Johann

7/9/06 22:40  
Blogger Johann Tenorio dijo...

Por ahora pueden hacer click acá para ir viendo el slide.
Véanlo que está lindo,
Johann

7/9/06 22:47  

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