Así no

Lamentable o afortunadamente, uno tiene que trabajar de lunes a viernes en una oficina para poder mantener los gustos caros que uno tiene. En mi caso los gustos no son tan caros, pero al menos mientras no termine de pagar las cuotas de la palm, no me queda más remedio que seguir trabajando.
Esto a veces tiene sus inconvenientes, como por ejemplo que el viernes, a pesar de mis deseos de disfrutar de la Maratón de Grupos Vocales de punta a punta, no sólo no pude estar ahí sino que ni siquiera lo pude escuchar por radio (y sí,lo pasaban en directo por Radio Nacional, cosa que me olvidé de avisar). Salí a las corridas de la oficina y llegué lo más rápido que pude, pero sólo alcancé a oir los últimos cuatro grupos. Así y todo, me quedaron algunas conclusiones interesantes que quisiera compartir con ustedes.

Lo primero que tengo que decir, y lo voy a decir rápido así me saco el tema de encima, es que los cuatro grupos que escuché tuvieron momentos de audible desafinación. Podrán decirme que soy un sacrílego, que cómo me atrevo a decir que Los Arroyeños y Los Trovadores desafinaron. Bueno, fue así. Yo estaba ahí y lo escuché.
Claro, esto tiene un por qué. Luego de finalizado el evento tuve la chance de conversar con algunos de los artistas que subieron al escenario, y a los gritos me decían que ahí arriba no se escuchaba nada, que no había retorno, que el monitoreo era un desastre. Y no sólo no me lo dijo un cualquiera, sino que vino de varios de los cantantes, algunos de ellos de abultada trayectoria. No tengo más alternativa que creerles, y ése es el primer detalle que justificaría el título del post.
Uno sospecha que la organización "Tiempo de Vocales" ha organizado más de un evento de este tipo, con varios grupos vocales, en ámbitos diversos y todos ellos con equipos de amplificación de sonido. Uno intuye que en el Auditorio de Radio Nacional ha cantado más de un grupo vocal. Y uno no tiene más remedio que preguntarse ¿qué fue lo que falló? ¿Quién es el responsable de que en el evento vocal (a mi entender) más importante del año, los cantantes no pudieran oírse entre sí? ¿A nadie se le ocurrió que el monitoreo, en el caso de grupos vocales y en ese auditorio, es un tema crítico?

Punto dos, y muy relacionado con el anterior. Un grupo vocal es un tipo de conjunto musical muy complejo, que debe tener una sonorización muy particular. Cualquiera que haya cantado alguna vez en un grupo de este género sabe que el empaste es un punto álgido, y que más del 50% del trabajo de un grupo vocal pasa por ese ítem. Entonces, cualquier sonidista que pretenda trabajar con un grupo vocal deberá basar su trabajo en el tema empaste. En este caso, lo que escuchábamos los que estábamos presentes era algo absolutamente chillón en el que se escuchaban con claridad todos los pequeños vicios de los cantantes (porque nadie es perfecto, algo de lo cual puedo dar fe). Los únicos que se salvaban de esto eran los bajos, ya que no se los oía en absoluto, y no hace falta aclarar que entre los bajos presentes estaban Quito Figueroa y Luis Araujo, que son dos bajos de voz tronante.
Además, la reverberancia que suelen añadir a su sonido TODOS los grupos vocales de la tierra y alrededores (desde el Cuarteto Zupay hasta Take 6) brillaba por su ausencia. Sospecho que la empresa que brindó el servicio de amplificación jamás en su historia trabajó con grupos vocales, porque de otra manera no se justifica un sonido tan poco satisfactorio como el que se escuchó en la Maratón.

Punto tres. Siendo que este evento se llevó a cabo en una radio, "invadiendo" de alguna manera el tiempo de aire de su programación habitual, es comprensible que el personal de locución de la radio vaya a cumplir con su horario y, ya que están ahí, hagan algo de lo suyo, que obviamente es hablar.
Pero creo una cosa es hacer la locución del encuentro, ir presentando a los grupos y las obras que interpretan, y además ir comentando los pormenores de la colecta que paralelamente se llevaba a cabo (como ya comenté, era un evento a beneficio). Y otra cosa muy distinta es pretender robarse el protagonismo como lo hicieron las dos impresentables e insoportables locutoras de turno. Muy emperifolladas y maquilladas ellas, daban la impresión de creerse las divas de la jornada, y obrando en consecuencia, nos atormentaban durante inacabables ¡5 minutos! entre canción y canción (que no duraban más de tres o cuatro minutos cada una), haciendo chistes de los cuales sólo ellas se reían, y repitiendo hasta el hartazgo la dirección de e-mail del centro cultural beneficiario de la colecta, algo que de todos modos no nos quedó muy claro ya que cada vez que lo anunciaban, lo hacían de manera diferente. Bochornoso.
Para la próxima vez, espero que comprendan que los protagonistas de este evento deberían haber sido los cantantes y músicos participantes, y que los asistentes y oyentes de la radio estábamos ahí para escuchar música. Desde ya, muchas gracias.

Por supuesto, la Maratón no fue un hecho enteramente aberrante, y hubo algunos aspectos positivos y momentos de alto nivel musical. Pero primero quería descargarme esas broncas que me agarré en ese momento, y prometo que en el próximo post me dedicaré a comentar los aspectos musicales de lo que pude escuchar. Porque como era de esperarse con esos protagonistas, lo mejor de todo fue la música.
Los espero ahí,
Johann