El weblog de Johann Tenorio, Buenos Aires, Argentina
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lunes, mayo 01, 2006

¡Corolarios del mundo, uníos!

Y bueno, tenía que escribir algo relacionado con el Día del Trabajador, con los coros y todo eso, y me salió así. Se ve que la musa inspiradora de los bloggers corales también se considera trabajadora y, como corresponde, hoy se tomó el día.

Pero igualmente no quiero dejar pasar la oportunidad para enviar, desde este olvidado rincón de la red de redes, mi saludo para todos los trabajadores en su día. Y particularmente para todos los trabajadores de la música, que en estos días se encuentran algo atribulados, al menos aquí en la Argentina, por la dichosa Ley del Ejecutante de Música y todos los conflictos que trajo aparejados.
Gente digna de mi admiración, más que nada por haber optado por una carrera de esas que suelen ser miradas con un dejo de conmiseración por el resto de la población, como diciendo "ah, estás estudiando música, ¿y de qué vas a trabajar cuando te recibas?".

Y también, cómo no, quiero acordarme de otros trabajadores de la música, unos trabajadores tan peculiares que en general trabajan de cualquier otra cosa, pero que le dedican tanto amor y tanta pasión a la música como el director consagrado, la rutilante primadonna, la estrella de rock o el jazzista bohemio. Por supuesto, me refiero a los coreutas, esos bichos raros que solemos juntarnos un par de noches a la semana para sentirnos parte del asunto. Y que gustosamente pagamos por ello, en algunos casos un dinero con el cual perfectamente se podría disfrutar de una buena cena con cine incluido.
Pero no, allí estamos, firmes y dispuestos a hacerle la vida imposible a cualquier director, conversando a viva voz mientras nuestro pobre líder se desgañita pasándole la parte a los bajos, que por supuesto no la estudiaron. O mirando las manchas del techo mientras nos marca el "levare" crucial para la parte en la que los tenores entramos siempre a destiempo. Y así podría seguir por un buen rato.

Aún así, nadie nos puede negar nuestra condición de trabajadores. Porque más allá de todas estas pequeñas delicias de la vida coral, llegado el momento de salir a escena demostramos una disciplina que avergonzaría a un centurión, controlando que tanto la carpeta como el uniforme se encuentren en perfecto orden, y siguiendo atentamente las indicaciones del director. Y todo esto a sabiendas de que trabajamos para mayor gloria de otro.

Que quede claro, esto no es protesta. Es simplemente una breve apología de quienes también amamos la música con loco amor, y tal vez como en ningún otro caso, con un amor definitivamente platónico.

¡Feliz día, trabajadores corales!

Johann

3 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Feliz día Jhonny y muchísimas gracias por acordarse de nosotros. Es verdad todo lo que dice y doblemente trabajo cuando tenemos que hacer alguna obra que ¡¡¡no nos gusta para nada!!! y cumpliendo la ley del "usted manda" ¡¡¡la hacemos igual con todo el dolor de nuestras cuerdas vocales!!! No se sienta mal por lo que dice: hay una sola verdad y es la de cada uno, por lo tanto LA VERDAD NO OFENDE.
Saludos corales. La Isla

1/5/06 17:46  
Anonymous Anónimo dijo...

Bueno, sí, de paso, a lo mejor a alguno le recuerda que aún no confirmó su asistencia, y se pone media pila y se decide de una buena vez a hacerlo, ¿no?
Isla querida, eso de que la verdad no ofende es medio relativo. Mire si no lo que me pasó por criticar al abuelito Ingalls. Y no dije ninguna mentira, eh...
Besos,
Johann

1/5/06 20:47  
Anonymous Anónimo dijo...

Disculpe Condesa
¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿queeeeeeeeeeee????????

4/5/06 01:38  

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