Mi saludo navideño
Uno, en general, no posee un espíritu navideño demasiado exacerbado. Por supuesto que me encantan las reuniones que se dan por esta época del año, los brindis, en general suelo comprar regalitos para toda la familia, bla bla bla, todo el ritual. Pero tengo que reconocer que ciertos íconos de difusión masiva en estos tiempos (Papá Noel, para ser más exactos), me tienen absolutamente harto.
De hecho, uno de mis chistes navideños predilectos es que el día que tenga un hijo, lo adoctrinaré desde su más tierna infancia en la certeza de la inexistencia del personaje antedicho, al cual acusaré de haber sido inventado por una marca de gaseosas y vestido con sus mismos colores. Debe ser por eso que hados y hadas se confabulan para que ningún alma inocente se haga acreedora del infausto destino de tenerme como padre, supongo.
Tampoco me resulta demasiado tolerable la proliferación de tarjetas alusivas que he recibido en estos días, máxime cuando ni siquiera me las mandan a mí (salvo honrosas excepciones), sino a "undisclosed-recipients", con lo cual ni siquiera tengo la posibilidad de saber a ciencia cierta en qué bolsa y con qué gatos estoy metido. De todos modos, agradezco a los pocos amigos que se han tomado la molestia de mandarme un mensajecito personalizado, aunque sea de un par de líneas, lo cual demuestra sin lugar a dudas que realmente se acuerdan de este humilde servidor. Y, sepan disculpar, no envío tarjetitas a nadie, a excepción de un solo caso, y porque la persona que la recibirá sabe que goza de un cariño muy especial por él/ella (no, no es un transexual, degenerados).
Pero tal vez lo que más me indigna de estos días es cierta tendencia en todo el mundo en desearse muchas felicidades, que en algunos casos me parece tan genuina como un billete de 3 pesos (perdoname, chiquita, por tomarte prestado el nick). Durante 350 días la gente se pasa la vida tratando de pisarse la cabeza mutuamente, para en los 15 últimos del año enviarse mensajitos de buenos augurios. En tal sentido, hay un mail circulando por el ciberspacio del Mº Jorge Dutto, quien suele leer estas páginas, que expresa sentimientos parecidos a los míos, y que no transcribo simplemente porque prefiero por esta vez utilizar mis propias palabras. Pero les garantizo que es excelente.
En síntesis, que estas fiestas no suelen ponerme del mejor humor. Pero a partir de aquí y ahora, quisiera poder cambiar esta filosofía, y empezar a pensar que hay mucha gente que realmente se merece que le sucedan cosas buenas. Quisiera poder tomar conciencia que hay personas que me han enviado, a lo largo de este año, algo más que buenos deseos: me han soportado más allá de mis malhumores, de mis torpezas y hasta de mi arrogancia en algunos casos. Personas que han disfrutado de mi macabro sentido del humor, tanto a través de la pantalla del monitor como en persona. Personas que hasta me han hecho sentir que no estoy tan solo como tiendo a creer, y que, aunque no piensen lo mismo que yo, me han hecho llegar indiscutibles expresiones de apoyo y amistad.
Así que, como podrán ver al pie de este post, me calzo el bonete rojo con el borde blanco (colores que me tocan una cuerda muy sensible, y no precisamente por bebida alguna), y desde "Coro Lario" levanto mi copa por ustedes, mis queridísimos lectores, para agradecerles todo lo que me ofrecieron sin que yo nada les pidiera, y para decirles que realmente espero que pasen una hermosa Navidad, decorada por el afecto de sus seres queridos, sean muchos o pocos, y que más allá de que el mundo se venga abajo o no, encuentren la paz y el amor que todos ustedes se merecen.
Gracias otra vez, y que el gordito simpaticón les deje una bolsa llena a cada uno,
Johann
De hecho, uno de mis chistes navideños predilectos es que el día que tenga un hijo, lo adoctrinaré desde su más tierna infancia en la certeza de la inexistencia del personaje antedicho, al cual acusaré de haber sido inventado por una marca de gaseosas y vestido con sus mismos colores. Debe ser por eso que hados y hadas se confabulan para que ningún alma inocente se haga acreedora del infausto destino de tenerme como padre, supongo.
Tampoco me resulta demasiado tolerable la proliferación de tarjetas alusivas que he recibido en estos días, máxime cuando ni siquiera me las mandan a mí (salvo honrosas excepciones), sino a "undisclosed-recipients", con lo cual ni siquiera tengo la posibilidad de saber a ciencia cierta en qué bolsa y con qué gatos estoy metido. De todos modos, agradezco a los pocos amigos que se han tomado la molestia de mandarme un mensajecito personalizado, aunque sea de un par de líneas, lo cual demuestra sin lugar a dudas que realmente se acuerdan de este humilde servidor. Y, sepan disculpar, no envío tarjetitas a nadie, a excepción de un solo caso, y porque la persona que la recibirá sabe que goza de un cariño muy especial por él/ella (no, no es un transexual, degenerados).
Pero tal vez lo que más me indigna de estos días es cierta tendencia en todo el mundo en desearse muchas felicidades, que en algunos casos me parece tan genuina como un billete de 3 pesos (perdoname, chiquita, por tomarte prestado el nick). Durante 350 días la gente se pasa la vida tratando de pisarse la cabeza mutuamente, para en los 15 últimos del año enviarse mensajitos de buenos augurios. En tal sentido, hay un mail circulando por el ciberspacio del Mº Jorge Dutto, quien suele leer estas páginas, que expresa sentimientos parecidos a los míos, y que no transcribo simplemente porque prefiero por esta vez utilizar mis propias palabras. Pero les garantizo que es excelente.
En síntesis, que estas fiestas no suelen ponerme del mejor humor. Pero a partir de aquí y ahora, quisiera poder cambiar esta filosofía, y empezar a pensar que hay mucha gente que realmente se merece que le sucedan cosas buenas. Quisiera poder tomar conciencia que hay personas que me han enviado, a lo largo de este año, algo más que buenos deseos: me han soportado más allá de mis malhumores, de mis torpezas y hasta de mi arrogancia en algunos casos. Personas que han disfrutado de mi macabro sentido del humor, tanto a través de la pantalla del monitor como en persona. Personas que hasta me han hecho sentir que no estoy tan solo como tiendo a creer, y que, aunque no piensen lo mismo que yo, me han hecho llegar indiscutibles expresiones de apoyo y amistad.
Así que, como podrán ver al pie de este post, me calzo el bonete rojo con el borde blanco (colores que me tocan una cuerda muy sensible, y no precisamente por bebida alguna), y desde "Coro Lario" levanto mi copa por ustedes, mis queridísimos lectores, para agradecerles todo lo que me ofrecieron sin que yo nada les pidiera, y para decirles que realmente espero que pasen una hermosa Navidad, decorada por el afecto de sus seres queridos, sean muchos o pocos, y que más allá de que el mundo se venga abajo o no, encuentren la paz y el amor que todos ustedes se merecen.
Gracias otra vez, y que el gordito simpaticón les deje una bolsa llena a cada uno,
Johann
7 Comentarios:
Me cierran el locutorio cha´digo me gustaria mandarle un comentario sobre esto pero no tengo tiempo.Solo me resta desearle que la pase bien esta noche,en compania de sus amigos y favorecedores(que son muchos mas de lo que ud piensa)FELIZ NAVIDAD!!
Bueno, no se si vale, pero cuando entré a la pagina el contador decia 7000, ahora dice 7001, igual tengo premio?
Viene con bono navideño?
Como es eso que Papa Noel no existe? Entonces me quedé despierto en vano, casi tres decadas tiradas al tacho.
Llamé a mis padres para confirmar tal aseveración y por toda respuesta recibí un "Pero vos sos gil o te haces?"
Y estoy de acuerdo con lo que dice ud. sobre los envios masivos de salutación, me parecen patéticos y de mal gusto, en fin...
Feliz año nuevo a todos (huy, que nabo, terminé haciendo lo mismo, mejor la arreglamos)
O sea, estemmm, Feliz Año Nuevo Condesa, Tía Coni, Rita, Johann y Wolfgang, y por si pasan por aqui, también a Boero, Maquef, Mesias y tanta otra gente buena y talentosa que anda dando vueltas en el mundo coral.
Marcelo
Gracias Maestro Bruzzo por los saludos personalizados... Retribuyo. Parece que a nuestro amigo Johann le agarró el vino triste... bueno, bah... la sidra triste... y además con rezongos de solterón... :)
Vamos, Johann, es cierto todo lo que decís, pero no hay que tomarse esas cuestiones taaaaan en serio. Son "usos y costumbres" saludarse, desear "felicidades", "felices fiestas", "feliz año nuevo" y demás variantes... Creo que todos sabemos quienes son los que nos saludan con sinceridad y afecto y quienes los que lo hacen de dientes para afuera, por obligación y/o con hipocresía. También está esa gente que durante todo el año es más mala que la peste y repentinamente, cuando se acerca la Navidad, se convierten en angelitos de cuyas bocas (y teclados) sólo salen palabras de amor y paz... :(
En fin, que los seres humanos somos peores que los bichos canasto, pero como nos fue dado el raciocinio, podemos hacer un esfuercito para mejorar eso y disfrutar de lo disfrutable, sin clavarnos los cuchillos por un "quìtame de allí esos undisclosed recipients"... :)
Que tengaMOS un buen año 2006, en busca del equilibrio y la armonía, con nosotros mismos y con el prójimo.
Y no me hagan poner seria, que puedo resultar un plomazo insoportable!!
Besos y abrazos. Rita
Es la primera vez que te escribo y lo hago porque tenés mucha gracia escribiendo.como compañero de coro sos medio plomo pero igual te aprecio porque sos gallina como yo.Espero que éste próximo año sea mejor que el que se va, y que podamos hacer buena musica como la venimos haciendo hasta ahora.Un abrazo EL ENZO
Chas gracias, Enzo querido, si Dios quiere el jueves estaremos disfrutando del asado que usted va a preparar, para luego brindar con los extra-brut que llevaré yo.
Rita, Marcelo y todos ustedes, la verdad es que con este post no pretendía ser gracioso. Sólo pretendo reflejar un poco mi estado de ánimo actual, que a su vez es consecuencia de un año que se pareció bastante (visto desde adentro, por supuesto) a la situación actual en Bagdad. Disculpen si lo hago en este espacio, pero por el momento no dispongo de otro.
Un abrazo,
Johann
Por favor Johann, si va a comentar comente todo acá, no me da el tiempo para leerlo en otro lado.
Y no estuvo mal lo que escribió. Un beso
Susy
Johann, no necesita aclarar que no pretendió ser gracioso en este post... Si los comentarios parecían propios de un rinoceronte con una espina clavada en la pata!!
En fin... ya vendrán tiempos mejores...
Rita
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