El weblog de Johann Tenorio, Buenos Aires, Argentina
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jueves, noviembre 18, 2004

Muchos caciques y pocos indios

A veces me preguntan por qué la mayoría de los coros que se pueden escuchar en un encuentro coral tienen un nivel bastante pobre.
Si bien esto es un concepto bastante subjetivo, ya que nadie tiene los elementos para juzgar sobre la riqueza o la pobreza de un coro, es cierto que muchos grupos carecen de determinados recursos técnicos que podrían mejorar sus performances. De todos modos, la calidad de un coro no debe juzgarse solamente por su afinación o su audacia en la elección del repertorio.
Pero veamos algunos hechos concretos.
Cuando un director se recibe de tal, lo primero que quiere y necesita hacer es dirigir, un poco por vocación artística y otro poco porque de algo hay que vivir en esta Argentina post-convertibilidad.
Pero para dirigir un coro, primero tiene que haber un coro para dirigir (¿qué tal?, ni Perogrullo lo habría expresado mejor). Si no lo hay, tiene que salir a juntar gente con ganas de cantar. No es necesario que puedan leer música, que tengan algo de técnica vocal o al menos cierta experiencia previa. Con las ganas alcanza.
En estas condiciones, sólo hay dos consecuencias posibles: un milagro, o un coro de nivel medio-bajo.
Existe el agravante de que algunos directores corales "profesionales" conducen más de un coro, cuyos integrantes pagan una cuota que se destina primordialmente al sueldo del "dire".
Todos estos factores hacen que haya una proporción, por decir un número, de 1 director por cada 7 u 8 cantantes. El problema es que para hacer un coro hacen falta unos 20 cantantes, mínimo. Supongamos que cada año se reciben unos 500 directores; harían falta unos 10.000 nuevos coreutas por año. Y en los conservatorios no existe la carrera de "cantante de coro".
Además, cuando un cantante empieza a progresar en su carrera, lo primero que hace es salir a mirar los clasificados a ver si el Colón anda buscando barítonos, o lo que sea, y chau coro.
Pero bueno, lo importante es que haya cada vez más coros, y que el movimiento coral siga creciendo. Como me dijo alguna vez un compañero de coro, "la música coral es la única actividad en crecimiento que fomenta la cooperación, en un mundo regido por la competitividad". Además, cuanto más coros haya, más probabilidades hay de que alguno suene bien.
No se olviden, el sábado, del CantaUrquiza 2004.
Johann