Historia de un Tenorio
Ya sé que queda feo hacerse el misterioso, pero es tan lindo...
De todos modos, debería por lo menos contar mis experiencias corales. Pero no, no quiero.
Lo que sí voy a comentar es que, como casi todos, empecé en este negocio cantando en un coro vocacional. Un coro vocacional es, como todos saben, un grupo de gente que tiene conocimientos teóricos escasos o nulos sobre música, pero posee algo de oído y una voz aceptable, y sobre todo muchas ganas y mucha buena onda.
Allí pasé muy gratos momentos, pero tarde o temprano llega el momento de partir, sobre todo cuando uno tiene cierta curiosidad por saber por qué suena tan linda la combinación "do - mi - sol" y empieza a pensar cómo podrá sonar "do - mi - sol#". En esos momentos suele pasar que el coro empieza a "quedarte chico", y es hora de buscar nuevos horizontes. Algunos se ponen a estudiar, y otros, como yo, tienen suerte.
¿Por qué suerte? Porque mis estudios musicales son pocos, si bien leo a primer vista, pero siempre conseguí estar en el lugar apropiado en el momento justo. Entonces empecé a progresar, cantando en coros cada vez más exigentes, pero también en lugares cada vez mejores.
Y si bien nunca dejé de ser un simple cantante de coro, he llegado a cantar en el Colón (bueno, en el Salón Dorado), en la Catedral de San Isidro, en el C.C. San Martín, etc., y he podido conocer la bellísima provincia de Mendoza y el Uruguay, no menos bello.
Bueno, esa es más o menos mi historia, sin mucho detalle pero con una conclusión bastante clara. Si están en un coro vocacional, aprovéchenlo porque es una experiencia hermosa, pero, sin importar la edad, no se estacionen ahí para siempre. Traten de aprender todo lo que puedan, que siempre es lindo aprender, y además les va a servir para progresar y poder vivir experiencias cada vez más hermosas e intensas.
Besos,
Johann
De todos modos, debería por lo menos contar mis experiencias corales. Pero no, no quiero.
Lo que sí voy a comentar es que, como casi todos, empecé en este negocio cantando en un coro vocacional. Un coro vocacional es, como todos saben, un grupo de gente que tiene conocimientos teóricos escasos o nulos sobre música, pero posee algo de oído y una voz aceptable, y sobre todo muchas ganas y mucha buena onda.
Allí pasé muy gratos momentos, pero tarde o temprano llega el momento de partir, sobre todo cuando uno tiene cierta curiosidad por saber por qué suena tan linda la combinación "do - mi - sol" y empieza a pensar cómo podrá sonar "do - mi - sol#". En esos momentos suele pasar que el coro empieza a "quedarte chico", y es hora de buscar nuevos horizontes. Algunos se ponen a estudiar, y otros, como yo, tienen suerte.
¿Por qué suerte? Porque mis estudios musicales son pocos, si bien leo a primer vista, pero siempre conseguí estar en el lugar apropiado en el momento justo. Entonces empecé a progresar, cantando en coros cada vez más exigentes, pero también en lugares cada vez mejores.
Y si bien nunca dejé de ser un simple cantante de coro, he llegado a cantar en el Colón (bueno, en el Salón Dorado), en la Catedral de San Isidro, en el C.C. San Martín, etc., y he podido conocer la bellísima provincia de Mendoza y el Uruguay, no menos bello.
Bueno, esa es más o menos mi historia, sin mucho detalle pero con una conclusión bastante clara. Si están en un coro vocacional, aprovéchenlo porque es una experiencia hermosa, pero, sin importar la edad, no se estacionen ahí para siempre. Traten de aprender todo lo que puedan, que siempre es lindo aprender, y además les va a servir para progresar y poder vivir experiencias cada vez más hermosas e intensas.
Besos,
Johann
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