Coro Lario - un espacio para intercambiar opiniones acerca de la música coral en Argentina

El weblog de Johann Tenorio, Buenos Aires, Argentina
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miércoles, octubre 31, 2007

¿Coreutas o bomberos?

"...El próximo domingo 4 de noviembre haremos un encuentro coral en ....., a las 18 Hs. Hace poco menos de 1 hora uno de los coros que participaba me informa que por un problema particular no podrán asistir. Habría alguna posibilidad que un coro me salve????..."

Este mail apareció en el día de hoy en una de las listas de correo dedicadas a nuestra actividad, y si lo rescato de allí es porque observo que se trata de un fenómeno que se viene repitiendo con cierta asiduidad en los últimos tiempos.

De hecho, no hace mucho fui a cantar a un encuentro coral, cubriendo a un coro que avisó que no iba a poder participar con 4 días de antelación. Claro, para mi grupo fue fenómeno, pero me parece que no es el punto.

Creo que lo importante, en este caso, es ponerse un poco en el lugar de quien organiza o coordina el encuentro. En muchos casos suele ocurrir que el organizador es un coro o parte de él, gente que a puro pulmón se mata consiguiendo el lugar, poniéndolo en condiciones, haciendo la difusión, diseñando volantes, gacetillas y programas de mano, en algunos casos hasta diplomas y souvenires personalizados... ¿y todo para qué? Para que a último momento (pensemos que un encuentro coral suele planificarse con meses de antelación) te manden un mail diciendo "sabés qué, no vamos a poder ir, conseguite otro coro".

¿Con qué ganas uno se puede poner a organizar otro encuentro coral? Está bien, por lo general siempre aparece algún grupo (mediano o chico, que obviamente son los que tienen que movilizar menos gente y por ende pueden responder más rápido) que "apaga el incendio", pero igual tenés que encontrar un lugar donde guardarte los souvenires para un coro de 40 cantantes, que tuviste que reemplazar con un sexteto. Y lo que gastaste en materiales y tiempo de trabajo, no te lo repone nadie.

Si fueran un caso o dos como éste, no armaría tanto alboroto. Pero observo que en lo que va del año, como ya dije, se está transformando en un fenómeno recurrente. Y es triste, porque esto provoca desánimo en quienes organizan encuentros corales, y a la larga nos vamos a terminar quedando sin lugares para cantar.

¿Es mucho pedir que quienes tienen la responsabilidad de dirigir un coro sean, valga la redundancia, un poco más responsables? Espero que no.

Disculpen la mala onda, y mucha suerte para la pobre chica que mandó el mail del comienzo,

Johann

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lunes, octubre 22, 2007

Es Gardel, Lepera y los guitarristas

Hace ya tiempo (bastante, una vez más) que no escribo nada, como cualquier aburrido internauta habrá podido observar. Son muchos los comentarios recibidos solicitando información acerca del paradero de este escriba, y no han de ser pocos quienes piensan que comparto vivienda con Seguro (los dejo pensando, jeje...). Por suerte, no ha sido así.

La verdad, lo único que ha ocurrido es que no encontraba algún hecho motivador para volver a aporrear las teclas. Pero ¡oh, milagro! por fin los cielos han querido que mis pasos se toparan con un desencadenante harto efectivo. Y aquí estoy.

El hecho en sí nada tiene que ver con la música coral, pero bien vale la pena mencionarlo y ya verán el porqué.
Estábamos compartiendo una velada artística interdisciplinaria (teatro y música) junto al Grupete Vocal Nueva Morada, y uno de los artistas que se presentó realmente nos dejó a todos con la boca abierta y suplicando por más y más bises.

Ofidio Dellasoppa (al trocen) y Las Cuerdas FlojasSe trataba de Ofidio Dellasoppa, quien suele presentarse acompañado por Las Cuerdas Flojas (Anímides Del Bace y Elíseo Campos) en un espectáculo a la usanza de Gardel, Barbieri y Aguilar... pero lleno de sorpresas. Bueh, ya con leer los nombres, se habrán dado cuenta que éste no es un espectáculo de tango demasiado apegado a las corrientes tradicionalistas. Pero tampoco demasiado alejado.

Dellasoppa (antes conocido como Silvio Cattáneo, integrante del espectáculo "Glorias Porteñas") se reveló antes que nada como un eximio guitarrista, mientras relataba (sí, hablaba como si tal cosa mientras dibujaba infinidad de acordes endiablados sobre las seis cuerdas) que sus acompañantes no habían podido acompañarlo "por razones presupuestarias". Sí, nada de eufemismos.
Una vez explicadas las ausencias, pasó a deleitarnos con parte de su desopilante repertorio, con perlitas como "Mercachifle" (el típico discurso de vendedor ambulante arriba de un colectivo, ofreciendo las más insólitas mercancías), "Volvé Carlitos" (donde se narra qué se ha hecho de varias de nuestras glorias, con un final algo inesperado), "La Fulera" (un amor bastante incondicional), "Con Permiso Señor Juez" (confesiones a granel), "Breve Historia del Tango" (un compendio bastante completito), "Garufa" (pero traducido al inglés), y varias más. No sé, deben haber sido cerca de 10 o 12 tangos y milongas, pero a todos se nos pasaron volando.

Es que asistir a una presentación de Ofidio Dellasoppa es estar permanentemente tratando de no morirse de la risa, aunque más no sea para no perderse el próximo chiste. Y se hace difícil, eh. Ofidio lanza un gag tras otro, todos ellos referidos a los clásicos tics del tango y de la cultura tanguera, con una chispa envidiable e indiscutible buen gusto. Les puedo garantizar que sólo con Les Luthiers me he reído de esa manera, y no estoy exagerando en lo más mínimo.

Quien quiera constatarlo, no tiene más que asistir este jueves 25 al Bar Tuñón, Maipú 849, Capital, donde Ofidio se presentará puntualmente (supongo, bah) a las 21 horas. Ahí mismo pueden conseguir su CD "Tangus Bonaerensis", al que también pueden adquirir por Internet siguiendo el link, al módico precio de 19 morlacos (un pesito menos que el valor de la entrada al Tuñón, que sale 20). Teniendo en cuenta que el mismo posee 19 temas, es fácil deducir que estamos pagando a razón de $ 1.- por pista, un precio más que razonable. No, no cobro comisión por el chivo, es sólo que me siento bien dándole un poco de manija a un artista (o un grupo de artistas) que realmente vale la pena y algo más.

Bueno, posiblemente el jueves ande por allí. ¿Quién se prende?
Nos vemos,

Johann